No para, ya sea en la televisión, en la radio o sobre las tablas. En esta ocasión, Iñaki Urrutia da rienda suelta a su faz de actor y humorista para presentar Esto no es un concurso este sábado a las 20.00 horas en el Federico García Lorca, donde todavía quedan algunas entradas disponibles.

¿Qué se va a encontrar el público este sábado?

-Es el nuevo show, Esto no es un concurso, que la verdad me está llevando este año por todos los lados. Todo el material es nuevo, no lo he hecho nunca en Gasteiz, así que creo que es una buena oportunidad para reencontrarnos.

Además es volver a verse de verdad, sin mascarillas, con los aforos al 100% y demás.

-Espero que estemos recuperando las sensaciones de antes porque está costando un montón. Se ha dicho por activa y por pasiva que la cultura es segura, que está demostrado que los contagios en teatros y en cines son mínimos, pero a la gente le está costando convencerse de ello. Parece que vamos recuperando la normalidad pero es verdad que hay que estar convenciendo a la gente de que no pasa nada por acudir al teatro. Vamos a ver si entre todos conseguimos que esto vuelva a 2019.

Lo que hay ahora es una oferta desmedida de todo.

-Es que estamos todos saliendo a la vez. Nos ha entrado el ansia de todo lo que no hemos podido hacer y estamos todos yendo a actuar. Es normal que haya parte del público que esté un poco sobrepasado.

¿Está presente la pandemia de alguna manera en este nuevo espectáculo?

-Cuando empecé con él sí tenía más presencia. Al final, es algo que, de una forma u otra, nos ha tocado a todos. Pero últimamente sí estoy reduciendo esa parte porque tampoco puedes estar todo el rato con lo mismo y recordarle a la gente esto una y otra vez. Es que son dos años ya. Bueno, más de dos años. Y es necesario también hablar de otras cosas. Si no, estar todo el rato con lo mismo, es un poco agotador. Además, ya se han hecho todos los chistes posibles por redes sociales. Yo hago un par de apuntes y fuera.

¿Y si 'Esto no es un concurso', qué es?

-(Risas) Pues es una reivindicación. Con la tontería, entre televisión autonómica y televisión privada, llevo diez años presentando concursos. Nunca imaginé que iba a hacer esto y ahora llevo como seis o siete concursos seguidos como presentador. Es un poco surrealista. Es que nunca sabes a dónde te lleva la vida. Como decía John Lennon, la vida es eso que tiene otros planes para ti. Hago mofa de eso. Yo quiero presentar otras cosas, no quiero que mi vida sea un concurso, y aquí hago un repaso de lo que está siendo mi vida en los concursos.

Cada medio tiene sus características y particularidades. ¿En cuál se siente más cómodo?

-Sobre el escenario, sin ninguna duda. En la televisión se para, se corta y, sobre todo, viene mucha gente a decidir y a opinar lo que está bien o no, lo que considera que es gracioso o no, etcétera. Hablando mal y pronto, esto último es un coñazo. En el escenario, tú te diriges, produces y escribes. Y ahí está lo que salga, para bien o para mal, pero es obra tuya. Salga bien o mal, porque cada noche es diferente, buena parte de la culpa es tuya. Controlas el producto desde que te sientas a escribir la primera línea hasta que se termina una representación. Eso es lo gratificante y lo que hace que te sientas más cómodo. En la televisión o en la radio tienes a un montón de gente diciéndote demasiadas cosas. Donde tienes más libertad, sin duda, es sobre el escenario.

Lo que pasa es que el campo del humor en los últimos años se ha convertido un poco, no sé cómo decirlo.

-¿Un campo de minas? (risas)

Pues sí.

-Es que se ha convertido en algo muy complicado no ofender a alguien. Además, las redes sociales han dado altavoz, hablando mal y pronto, al tonto del pueblo, y es un tanto difícil hacer camino. Antes no te gustaba algo y se lo decías a tu cuñado: he visto esta película y me ha parecido una mierda. Hoy, un señor pone lo mismo en una red social y tienes a un montón de señores diciendo: pues igual tenemos que cambiar la película porque han dicho en redes sociales que la película es una mierda. Un día haces un chiste sobre veganismo y alguien dice que es vegano, que le has ofendido y entonces te piden que cambies lo que has dicho porque todos los veganos se han molestado. No, se ha ofendido uno, al que no le ha sentado bien el chiste o no lo ha entendido. Vale, pero eso no quiere decir que me esté metiendo con el colectivo de los veganos ni con la gente que no come carne. Y al revés lo mismo. Creo que se nos está yendo la mano con todo esto, sobre todo a la gente que opina y manda. En las televisiones se ponen muy nerviosos de repente porque alguien ha dicho no sé qué. Esto tiene que parar. Somos 47 millones de personas en este país. Si cada uno tiene una opinión y se le va a hacer caso a cada una de las opiniones, no vamos ni a decir ni a hacer nada. Creo que esto es cíclico y que algún día se dará la vuelta al marcador.

Tras pasar por Gasteiz, ¿viene el verano cargado o la televisión y la radio le tienen muy ocupado?

-La verdad es que, de momento, el trabajo va viento en popa. Como siempre, intentaré parar en agosto. Yo hago vacaciones como los niños. Pero veremos. En principio, la versión aragonesa del Atrápame si puedes parará a principios de verano. Zapeando seguirá todo el verano y, como estoy de chico comodín, me tocará trabajar un poco más. Y en El día después hasta que no haya Liga, nada. Pero de momento nos quedan jornadas.