- ¿Qué hace a una mujer ser considerada una buena madre? Aferradas a esta duda y con la niña Cosette Silguero como detonadora de sus vidas, Adriana Ugarte y María León defienden la maternidad no normativa en Heridas, una serie que llega hoy a la plataforma Atresplayer Premium.
“Hay muchas maneras de entender la maternidad. Hay tantas maternidades como tipos de mujeres y la serie intenta alejarse del maniqueísmo y de los dogmas. Habla de la maternidad plural, de la pluralidad de maternidades”, cuenta a Efe Adriana Ugarte.
Así, “no vende personajes blancos y negros” sino una gama de luces y sombras. ”Manuela no es una luz que aparece para sacar a Alba de las sombras y de la oscuridad, tampoco es que prometa un súper buen futuro para la niña, es bastante dudoso, es un personaje que no acabamos de ver claro y del que dudamos constantemente”, explica sobre su rol.
Con 13 episodios de 50 minutos, la serie se estrena como una de las adaptaciones derivadas del fuerte éxito de las telenovelas turcas. Heridas es la adaptación de la serie japonesa Madres, cuyo ‘remake’ turco tuvo un gran éxito internacional.
Es un drama que aborda el tema del abandono infantil y la búsqueda de la propia identidad a través de las vivencias presentes y pasadas de sus dos protagonistas, Manuela (Ugarte) y Yolanda (León), cuya vida explota después de que la primera conozca a Alba (Cosette Silguero), la hija de la segunda.
Manuela es una joven que vive sola en una cabaña donde estudia los humedales andaluces. A los 28 años, su vida gira en torno a las aves, las que viven allí y las que están de paso como ella y sobre esta profesión ha creado Ugarte parte del misticismo de su personaje.
“Me apetecía crear un personaje que no fuera virginal, limpio y puro. Que fuera un personaje con sombras y cosas que inquietaran. Siendo ornitóloga la construí en base a los animales que son carroñeros y que al final aprovechan la oportunidad de otro animal que se descuida, más vulnerable o que está enfermo para poder estar ahí presente y ser necesitado”, explica Ugarte.
Y el animal herido es Yolanda, que vive a pocos kilómetros y trabaja de noche como bailarina de ‘pole dance’. Con un novio acorde a su caos y una vida carente de orden, intenta cuidar a su hija, Alba, con más errores que aciertos.
Manuela conoce a la pequeña en una heladería cuando se sienta junto a ella y entre ambas surge una conversación maternal. Manuela percibe su soledad -y también su hambre- algo que corrobora la profesora de la pequeña, y la preocupación crece cuando descubren algunos de los problemas que arrastra la niña.
“Hay algo en el personaje de Alba que la arrebata y produce en ella una especie de renacimiento de la ternura que perdió cuando era muy pequeña. Hay algo de enamoramiento y obsesión. Le mueve el querer ayudarla, pero hay algo de no poder vivir sin ella ni desprenderse de ella”, añade Ugarte.
Aunque a priori Yolanda puede parecer una mala madre de catálogo, María León la defiende a capa y espada. “Yo he defendido a Yolanda con triple corazón. De las cosas que más orgullosa me siento es de reconocer que realmente hemos conseguido plasmar una Yolanda real. La gente no se equivoca queriendo, se equivoca porque tiene carencias o no tiene herramientas”, cuenta León.
Yolanda es, ante todo, “una persona equivocada, no es una mala persona”. “Yo quiero pensar que la gente va a comprender a Yolanda y además van a aprender con ella, la van a admirar, porque lo difícil es ser valiente, enfrentarse a uno mismo y decidir darse una oportunidad”.
Heridas arranca en espectaculares localizaciones rodadas en Cádiz, Tarifa y el Cabo de Gata. Allí, en el malecón de una playa, es donde comienza la serie, después de que Alba desaparezca por arte de magia.