Un viaje a través del mundo y, sobre todo, del alma. Son pocas palabras para intentar resumir todo lo que se encuentra entre las páginas de La cima más profunda, La cima más profundala primera novela del escritor gasteiztarra Michel Crisol. Un libro, por cierto, que también ha vivido su peculiar tránsito. Se presenta de manera oficial este viernes 25 a las 18.30 horas en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa y, sin embargo, el acto es más bien una despedida.
Como les sucedió a tantas otras propuestas culturales, la historia de Kayah, que es como se llama la protagonista, vio la luz en el primer trimestre de 2020. Y su puesta de largo, por así decirlo, tenía que haberse producido el 13 de marzo de ese año. Pero fue imposible. Aquel día se anunció la declaración del estado de alarma y el posterior inicio del confinamiento. “Fue una pena, pero bueno. Lo importante es que el libro ha llegado a bastante gente, también gracias al formato digital, y estoy más que contento con las reacciones”, apunta el autor, que con anterioridad había realizado relatos breves y cuentos para pequeños y pequeñas.
Por eso, ahora que está a punto de adentrarse en la escritura de su segunda novela, Crisol quiere hacer esa presentación “que le debía” a La cima más profunda, una novela “que podríamos decir que es de aventuras” aunque es difícil etiquetarla solo ahí. Al fin y al cabo, “es un viaje en el sentido literal” entre Estados Unidos y Europa, pero también “es un viaje interno, personal”, testigo de la transformación que vive su protagonista desde que tiene 15 años hasta que cumple los 34.
Ambientado a mediados del siglo XIX, el libro centra su mirada en Kayah, una nativa americana que, sin saberlo, se va a adentrar en una insólita aventura en la que habrá viajes, montañas, referencias mitológicas, sueños, ilusiones y derrotas. “Me gustaría transmitir que por muchas cosas que nos pasen, al final se le puede encontrar un sentido al día a día, una ilusión para seguir adelante siendo más conscientes, por esas situaciones, del chispazo de la vida”. Así lo comenta Crisol, que firma con seudónimo, mientras sostiene entre las manos un ejemplar de una novela en la que también “hay un componente aparentemente de fantasía”.
Todo ello para relatar el devenir de una protagonista “que arriesga, a la que le sale todo bastante mal, pero que aún así, sigue adelante”. Por muchas cosas que pasen, “la vida es aventura, es arriesgar” y Kayah es reflejo de ello, unas veces por iniciativa propia, otras porque no le queda más remedio. Pero eso es algo que tienen que descubrir quienes se asomen a un proyecto que empezó a idearse hace unos diez años.
“Al principio sí que había mucha fantasía, pero me di cuenta de que me gusta más intentar ver la magia en el día a día real”. También se transformaron otras cuestiones. Por ejemplo, estaba ambientada en la actualidad, iba a arrancar en el País Vasco y a tener protagonista masculino. Pero el autor fue madurando la propuesta, lo que unido al nacimiento de su segunda hija hizo que todo cobrase nuevo sentido. “La esencia no cambió tanto, sí la forma” hasta llegar a la cima.