“Si hago un recorrido por mi vida, tengo mérito porque nací en plena guerra, con mi padre en la cárcel, en una familia en la que éramos más pobres que las ratas, siendo yo la mayor de cuatro hermanas. Tenía todo los boletos para vivir en el silencio más absoluto”. Pero no fue así.

Hoy Rosa Plazaola dice que se ha dejado “muchas cosas por hacer”, y eso que sería imposible resumir en tan poco espacio los diferentes resultados que han tenido sus inquietudes sociales y culturales. Por todo ello, el ciclo Cita con la Poesía le va a rendir un homenaje este viernes a las 19.30 horas en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, que por fin va a poder recuperar su aforo al 100%.

Como siempre, el acceso será gratuito, aunque poco más se puede decir de lo que sucederá en el encuentro. “A mí no me quieren decir nada”, asume la autora de libros como Recorrido de vi(d)a estrecha o Mozambique, país de mar y viento, entre otros.

“La última semana de enero le hicieron un homenaje a un tío mío que cumplió cien años, Peli Romarategui. Tiene la cabeza mejor que yo. Antes de aquello estuve con él y me decía que tenía muchas ganas de que pasase lo que se organizó. Y yo estoy en las mismas y eso que lo mío no es nada en comparación. Estoy nerviosa, sobre todo porque si tengo que decir algo, sé que no tengo facilidad de palabra. Y ahora menos. ¿Qué voy a decir? Gracias y punto”, apunta la gasteiztarra.

El primer impulso cuando me comentaron lo del homenaje fue decir que no. En el fondo y no tan en el fondo, considero que no lo merezco. Lo que pasa es que a Ángela Serna -coordinadora de Cita con la Poesía- no le sé decir que no”.

Seguro que en la propuesta alguien vuelve la mirada a aquellos Centros de Cultura Popular en los que Plazaola trabajó “hace más años que la Tana”, a los grupos de animación sociocultural, a los talleres de dinamización de la escritura, a los viajes realizados a sitios muy específicos que derivaron en libros, a los dos años de presidencia de la asociación Derecho a Morir Dignamente y a tantas y tantas aventuras realizadas, proyectos en los que ha habido siempre un principio básico: “mi historia ha estado y sigue estando, aunque ahora de otra manera, unida a la mujer; es para mí una pieza fundamental en todo momento y lugar, una pieza fundamental que ya sabemos cómo estaba y cómo está” que es “un poco mejor por el propio empuje de la historia”, aunque “todavía falta mucho por hacer”.

Así lo explica quien está cerca de cumplir 85 años y a veces se sorprende cuando vuelve a leer alguno de sus libros. “No me puedo creer que yo haya hecho eso”. De hecho, confiesa que “escribir es algo que nunca jamás pensé en hacer. Llegué al Bachiller, creo que no lo terminé e hice el nocturno en el instituto donde ahora está el Parlamento Vasco, así que no pensaba que podía escribir”.

Aún así se lo tomó como un reto. “Cuando dinamizaba los talleres de escritura quería que la gente se pusiera a ello para mirarse en sí misma, para sacar los demonios o los ángeles internos, para reconocerse. Ahondar en la geografía interna que cada cual tenemos es lo que hice yo también con la escritura. Escribir me gustaba tanto como me costaba”.

El encuentro con el público se producirá en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, que por fin va a poder recuperar el aforo al completo

“Mi historia ha estado y sigue estando, aunque ahora de otra manera, unida a la mujer, una pieza fundamental en todo momento y lugar”