Djokovic no ha tenido nada que ver con el título. Ni tampoco es que en la propuesta se hable de deporte. Pero Gorka Aginagalde e Iñigo Salinero no se han podido resistir. Así que este viernes (22.30 horas) y sábado (21.00) presentan en la sala Le Coup el espectáculo de monólogos Roland y Garrós.

“Es que nos lanzamos sin red”, ríen quienes no son ya ni compañeros de trabajo, ni amigos, sino “todo un matrimonio”. Eso sí, abierto, sobre todo al público. De hecho, todavía quedan entradas disponibles, pero tampoco hay que dormirse en la grada.

“Queríamos salirnos un poco del monólogo al uso”, explica Aginagalde. De hecho, cada uno de los dos tiene sus partes en solitario aunque “hay un nexo de unión que al final resolvemos”, ya con los dos compartiendo protagonismo sobre el escenario del espacio de Beato Tomás de Zumárraga.

“Dialogar es importante, y escucharse. Incluso escuchar al público, aunque luego no le hacemos ni caso”, dicen entre carcajadas. Desde la complicidad entre ambos que destaca Salinero, se construye una propuesta que tiene sus partes pautadas, pero también espacios para la improvisación.

Todo ello con un objetivo básico: que el público disfrute. “La gente necesita reírse y tiene unas ganas tremendas de hacerlo. Para eso estamos nosotros aquí”, dice Aginagalde. Además pudiendo contar de nuevo con los aforos al 100%. “Es que el ambiente no es el mismo. Ahora puedes ver todo completo y se te caen las lágrimas”, añade Salinero.

Como los dos, a través de diferentes proyectos, han podido seguir actuando tras el confinamiento, “ya hace tiempo que estamos acostumbrados a ver a la gente con la mascarilla. Al principio te chocaba, pero ahora estamos como los niños que han nacido en esta época, que te miran a los ojos y saben lo que estás pensando, no necesitan verte la cara completa. Se han acostumbrado a leerte en los ojos”.

Con estas bases se produce un partido de tenis lleno de risas entre dos contrincantes que se conocen bien. “Iñigo es un animal crápula y nocturno, funciona mejor en Le Coup que en una plaza de pueblo con niños. Su humor es más ácido, hiriente y adulto. Es cizañero y le da vuelta a las cosas. Así que estos dos días va a jugar en casa y le va a salir de narices”, analiza Aginagalde.

“¿Qué vamos a decir de Gorka que no se haya dicho ya? Triunfa donde no puede ir nadie. Le he visto reventar plazas en sitios donde no habían visto un monólogo nunca. Ha conseguido un personaje que engancha con la gente de una forma visceral”, apunta Salinero tras el pertinente scouting al rival.

En la pantalla

En realidad, competición hay poca entre ellos. Lo vienen demostrando desde hace años en diferentes aventuras. Por ejemplo, Salinero ha sido parte del reparto del debut tras las cámaras de Aginagalde, que acaba de dirigir, junto a Xabi Vitoria, el cortometraje El fiestón.

“Va a quedar algo muy, muy digno, muy de festivales. Va a ser un corto con el que el público se lo va a pasar muy bien”, apunta Aginagalde, que se animó a dar este paso con una idea que venía rondándole porque “Xabi está con ganas de rodar mil cortos si puede y nos liamos la manta a la cabeza”.

Una aventura en la que han contado con la participación también de amigos como Lander Otaola, Andoni Agirregomezkorta y Gurutze Beitia, sin olvidar un guiño con Karra Elejalde. Eso sí, que nadie piense mal. “Hubo mucha seriedad en el rodaje”, tras dos meses previos de preparación cargados de trabajo. “Nos hemos pegado un buen curro, la verdad”.

A buen seguro, este título se estrenará a lo largo de un 2022 en el que, en el plano profesional, los dos dicen que no se pueden hacer planes. “Parece que algo se está empezando a mover de nuevo”, pero la situación general hace que la incertidumbre permanezca.

“De todas formas, nosotros somos mucho de no esperar a que nos llamen; ya daremos nosotros los pasos que sean necesarios para seguir”. De momento, este viernes y sábado en Le Coup toca volver a encontrarse con el público.

“Iñigo es un animal crápula y nocturno; su humor es más ácido, hiriente y adulto”

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“A Gorka le he visto reventar plazas en sitios donde no habían visto un monólogo nunca”

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