“Tampoco tenemos tantos ejemplos en Álava y, de hecho, en este Museo de Arte Sacro hasta ahora no poseíamos ninguno”. Así que, como explica Susana Aréchaga, la llegada del sagrario gótico de Alangua a la exposición permanente que muestra la Catedral Nueva es una “magnífica” noticia. La responsable de Patrimonio Artístico y Cultural de la Diócesis señala, de todas formas, que la pieza tiene distintos puntos de interés, alicientes que la convierten en “singular”.
Se estima que el sagrario realizado en piedra y de unos 220 kilos de peso fue creado en el siglo XV, encontrándose en la iglesia de San Esteban de Alangua. Según describe Aréchaga, la pieza estuvo en uso hasta que fue sustituido por otro mueble a finales del siglo XVI, cuando se realizaron reformas arquitectónicas en el templo y las autoridades religiosas dictaron cambios en la liturgia.
No se sabe cuándo, pero el sagrario se reutilizó en la reconstrucción de la casa cural de Alangua, quedando emparedado en uno de sus muros. La estancia fue vendida a particulares en 1994 y tras unas reformas en el inmueble, la pieza quedó a la vista. En 2017, ante el interés de diferentes personas y anticuarios, el Obispado compró la obra. Ahora, tras pasar por las manos del Servicio Foral de Restauración, se expone en el museo.
Además, a partir de enero, va a ser el punto de atención de una serie de actividades, como visitas temáticas, talleres infantiles y, por lo menos, tres conferencias. Tendrá, a buen seguro, presencia además en la página web de Arte Sacro, que espera estar operativa también en 2022.
Como destaca Aréchaga, este sagrario tiene varios puntos de atención que son importantes. Para empezar, su papel litúrgico. Además, se subraya su antigüedad y tipología, así como su valor histórico y artístico. “Que esté aquí es un ejemplo del trabajo que se hace en torno a nuestro patrimonio cultural”.