Se presenta y es una realidad palpable ahora, aunque, como tantas otras creaciones, apareció justo en ese momento en el que todo el mundo se paralizó a causa de la pandemia. “Casi cae en el olvido”, apunta Txema Arinas. A finales de febrero de 2020, Liberación o muerte (Amarante) empezó un camino que se quedó suspendido en un paréntesis que se cierra ahora. Toca retomar la senda de la última creación del escritor gasteiztarra, una novela negra diferente tanto en las formas como en el fondo, una obra que se construye entre el humor y la invitación a pensar.

De hecho, el propio autor admite que “la intención era cambiar totalmente de registro. En los últimos libros que había escrito, me había preocupado sobre todo por el estilo, la estructura y esas cosas, por aspectos, por así decirlo, más literarios. Ahora quería divertirme. Lo cierto es que aunque he acudido antes al género negro, me estaba aburriendo porque está cada vez más trillado. Así que pensé en utilizar los personajes de dos novelas anteriores y meterlos en una trama divertida, para que, en este caso, la novela negra sea la excusa para hablar de un tema en concreto pero con mucho sentido del humor”.

Desde estas bases se presenta una historia con dos tramas que discurren de manera paralela. Por un lado, la acción tiene como referencia la existencia en el País Vasco de un grupo terrorista animalista. “No es tan extraño. Ahí está, por ejemplo, el Frente de Liberación Animal, que me ha servido de inspiración. Pero la idea no es hablar del animalismo, sino de aquellas personas que llevadas por una causa noble como es el caso, intentan imponerla. Hablo de los iluminados que intentan imponer su ideología a la fuerza, en este caso recurriendo a la violencia”, apunta Arinas, que en estas páginas traza un paralelismos “bastante evidente” con el nacimiento de ETA.

En la investigación sobre esta agrupación aparece la figura de una subinspectora de la Ertzaintza, que da pie al otro hilo argumental del libro. Su pareja, padre de su futuro hijo, es abogado. “A la salida de uno de sus juicios, tiene un encontronazo con una compañera y esta mujer le denuncia por agresión verbal de carácter machista. Su intención tiene fines espurios. Eso me sirve también para hablar de las personas que quieren aprovecharse de causas tan nobles como el feminismo para sus intereses personales”.

Todo ello contado en más o menos cien páginas y “tomándome la escritura como si fuera un tebeo, uno de Mortadelo y Filemón. Quería que cada capítulo fuera corto, como una viñeta, y que cada uno tuviera sentido del humor” hasta llegar “más que a la traca final, al chupinazo”.

A partir de ahí, Arinas busca de quien pueda asomarse a las páginas de Liberación o muerte “que se haya reído y, después, que haya reflexionado. En realidad es una parodia del terrorismo, de la mentalidad de los terroristas, y de los jetas”. Una creación que quiere presumir de no caer en el exceso de volumen. “A mí me pesa mucho que las novelas negras que se hacen hoy sean tostones. Si es una novela para pasar el tiempo y divertirse, muchas veces te encuentras con publicaciones de 400 páginas en las que se nota mucho que hay paja por todas partes. Aquí he querido aligerarlo todo para darle ritmo”.

La existencia de un grupo animalista terrorista en el País Vasco sirve como eje para vertebrar esta “parodia de los jetas”

En realidad, el libro se publicó a finales de febrero de 2020 pero quedó “sepultado” por el covid, reiniciando su camino ahora