- Oslo inauguró ayer el nuevo museo dedicado al artista noruego más universal, Edvard Munch, ideado por el estudio español Herreros Arquitectos y cuya apertura ha estado rodeada por la polémica y por los retrasos.
Hace dos décadas que las autoridades municipales entendieron que el primer museo Munch, inaugurado en 1963 y situado en el centro, se había quedado pequeño y anticuado para exponer la amplia obra del autor de El grito y decidieron convocar un concurso internacional.
Herrero Arquitectos lo ganó en 2009 con una propuesta bautizada Lambda, que optaba por situarlo en el barrio de Bjrvika, junto al mar, en un área en expansión y muy cerca de la nueva Ópera.
Pero un cambio en el equilibrio de fuerzas tras las elecciones municipales provocó que el proyecto fuese descartado y se estudiasen otras alternativas, hasta que finalmente, en 2013, fue recuperado de nuevo y aprobado de forma definitiva. Problemas burocráticos, retrasos en la entrega de material, la complejidad constructiva y las dificultades logísticas de trasladar miles de obras (algunas de considerable tamaño) causaron nuevas demoras, mientras surgían también críticas al edificio.
El resultado final es un edificio de 58 metros de altura, cinco veces más grande que su predecesor, con trece plantas y once salas de exposiciones, tiendas, locales de conciertos, cines y restaurante en el que se han invertido 2.100 millones de coronas noruegas (216 millones de euros/ 251 millones de dólares). La verticalidad del edificio era uno de los mayores “riesgos” del proyecto, admite en declaraciones al museo Juan Herreros, quien defiende que el resultado es “un volumen simple pero único”, fácilmente reconocible y comprensible y en el que nada es opaco.