ecuerda Txato Martín en el inicio de la canción que hace ya un tiempo, en un lugar en el que trabajaba, había una “palabrita” que cada vez que era dicha “todo se arreglaba”. No se cuenta en el tema, pero tras el primer ensayo de Aldakan cuando se montó el grupo, “fuimos a comer a un sitio donde estaba una de mis excompañeras y nos saludamos con esa palabra”, explica el cantante. A Jimmy Bidaurreta “le hizo gracia escucharnos y nos empezamos a saludar así”. Ahora, el sexteto alavés ha convertido el término en un grito de felicidad que sirve también para bautizar su nuevo EP. Marakuyeah ya es una realidad.

Lo es, de hecho, en su formato digital desde el pasado jueves, aunque no se descarta del todo que tenga una versión física. De momento, con lo que sí cuenta es con una gira de presentación que este verano se va a desarrollar en diferentes puntos de los territorios alavés y riojano. “Ahora más que nunca hace falta reírse y aquí venimos nosotros”, añade Sergio López de Landache, quien junto a Martín, Bidaurreta, Marcio Padoan, Pablo Ramos e Ibai Encina componen esta apuesta por el baile, el humor, la diversión y los ritmos afrolatinos.

Mañana será el público de Uribarri Harana el primero en apuntarse a un tour estival que en agosto seguirá por Villamediana de Iregua (el día 5), Gasteiz (el 6 en el Jardín de Falerina), Alcanadre (27) y Berantevilla (28). Actuaciones en las que compartir las cuatro nuevas composiciones incluidas en este trabajo, sin faltar Baile Tántrico. “En los conciertos que dimos el verano pasado, empezamos a vacilar con los espectadores y a decirles que como estaban sentados en nuestros conciertos había que empezar a practicar el baile para dentro”, y de ahí esta letra, explica López de Landache.

Él tiene claro que aunque la pandemia obligue ahora a que los directos sean diferentes, “hay que seguir transmitiendo la mayor de las energías”. También el coronavirus ha tenido su presencia a la hora de hacer realidad un EP que viene a tomar el relevo de su anterior trabajo, Afrolatin Grooves Vol. 1. Como él mismo recuerda, “en el verano de 2020 escribí en casa las canciones y pensé en algunas melodías. Pero soy percusionista, no compositor. Así que en septiembre nos juntábamos solo Txato, Jimmy y yo, porque con el resto no podíamos estar. Fuimos dando forma a todo, hasta que pudimos ensayar en el local y de ahí al estudio”. El resultado es un EP “sin prejuicios y sin pretender ajustarnos a un estilo concreto”, según Bidaurreta.

La necesidad de bailar, de recuperar la felicidad o de escapar de los algoritmos de Internet dan forma a lo nuevo de un grupo que los seis compaginan con otros proyectos. “A Aldakan le tenemos mucho cariño porque es un lugar en el que investigar y trabajar rítmicas que no hemos tocado antes. Además, la respuesta del público está siendo muy buena”. Ahora, como dice Martín, toca “darle candela” a estos temas, aunque la banda está trabajando ya para poder hacer este mismo año otra edición de su ya famoso Aldakan Fest.