ue a mediados del pasado febrero. A pesar de los condicionantes que marca la pandemia, la Escuela de Artes y Oficios quiso dar un paso adelante y recuperar el pulso a su ciclo expositivo, que se vio paralizado en marzo de 2020 por el coronavirus. De la mano de su numeroso y heterogéneo alumnado, a lo largo de estos meses se han ido dando el relevo diferentes producciones artísticas, abiertas a las casi mil personas que cada semana acuden al centro, más allá de que el público en general no haya podido acceder al edificio de la plaza Conde de Peñaflorida por los protocolos anti-covid. Es de esperar que esto cambie pronto. Aún así, también a través de internet se ha conseguido abrir una ventana en este sentido. Todo suma.

Es hora, de todas formas, de poner el broche a este reencuentro con las exposiciones, un final protagonizado por el taller de grabado calcográfico. A lo largo de los últimos años, además tomando diferentes espacios expositivos de la capital alavesa, el profesor Lauren Aliende y quienes comparten sus enseñanzas han protagonizado distintas muestras, varias de ellas nacidas a partir de la interpretación personal y subjetiva de libros, por así decirlo, especiales. Es una fórmula que ahora se sigue con Genji Monogatari, de la escritora japonesa Murasaki Shikibu, una novela de principios del siglo XI que sirve como punto de referencia para Teresa Conde Esteban, Elena Martínez de Lahidalga, Ixiar Arteche, Mar Marco, Alicia Marcaide, María Eugenia Barbero y Naiara Santamaría.

Desde la diferente forma de percibir, concebir e imaginar de cada una de las siete artistas, la exposición reúne lo más relevante de cada lectura. No hay límites ni fronteras, solo un espacio cuyas dimensiones son las mismas para cada creadora. Así, el resultado final y colectivo es singular y coherente al mismo tiempo. "Lo ideal es que pudiera entrar más gente a verlo". Ojalá. E incluso las autoras proponen la posibilidad de establecer visitas guiadas con el propio alumnado del centro y no solo con su exposición y taller. Al fin y al cabo, todo puede ayudar.

En realidad, este proyecto comenzó antes del confinamiento. La pandemia llevó a seguir el trabajo vía online. "Lauren es un lujazo" y de su mano se fueron concretando los detalles para afrontar el proceso final de creación de obras cuando se pudiera volver al centro. "Es una novela con pensamientos muy profundos y ha requerido una lectura tranquila para interiorizarla". El resultado cierra este curso expositivo y formativo. El primero completo tras la aparición de la pandemia. "La única pena es no poder estar juntos porque no solo nos ayudamos, también aprendemos unos de otros". Es de esperar que esto se pueda recuperar en septiembre.