Tras el paréntesis de Semana Santa, la Red de Teatros ha retomado su actividad con fuerza, dando los primeros pasos de una programación primaveral en la que, por supuesto, la danza va a contar con su protagonismo, yendo desde las propuestas más contemporáneas hasta aquellas donde la raíz juega también un papel fundamental. Así, el Principal se reencuentra hoy con Rocío Molina. Lo hace seis años después de su última visita, demasiado tiempo todo sea dicho.

Como viene siendo habitual desde el pasado otoño y a consecuencia de las medidas aplicadas por el covid a los eventos culturales, la creadora malagueña y el público del centenario edificio de la calle San Prudencio disfrutarán juntos a partir de las 19.00 horas, y aunque no muchas, todavía quedan algunas entradas disponibles. Eso sí, al cierre de esta edición, esas butacas vacías se podían contar con los dedos de las manos y alguno sobraba. Así que mejor no esperar demasiado si se quiere ver a una Premio Nacional de Danza cuyo sello artístico, su marca personal sobre las tablas, es inconfundible.

En esta ocasión, la bailaora y coreógrafa regresa para presentar, como ayer hizo en Pamplona, la última parte de su llamada Trilogía de la guitarra, un proyecto con el que Molina, como ella misma ha explicado en varias ocasiones, "desanda" el camino de la tradición del flamenco, para volver sobre él, recogerlo y recuperarlo con un estudio detallado sobre el instrumento de las seis cuerdas. En este caso, comparte con los espectadores el reciente Impulso. Vuelta a Uno, que justo ahora está empezando a darse a conocer.

Yerai Cortés (guitarra), Ismael El Bola (voz) y José Manuel Ramos Oruco (palmas) son quienes acompañan a la artista andaluza en una propuesta en la que Molina sigue desarrollando esa siempre inquieta creatividad que le es propia, una actitud que se traduce en investigación, libertad, transgresión y arte, puesto que todo ello se hace desde unas aptitudes para la danza que están más que demostradas.

Poco más de una hora dura un montaje en el que el momento juega un papel fundamental, ese instante de sentir y expresar más allá de que la coreografía marque el camino. Así lo disfrutarán quienes tengan su entrada en la mano para reencontrarse con una mujer que en su última visita al Principal contó con la presencia del contrabajista vitoriano Pablo Martín Caminero y la cantaora Rosario La Tremendita.