Euskadiko Orkestra y Robert Treviño, su director titular, abordan en su primer disco conjunto el reto de interpretar algunas de las obras más conocidas de Maurice Ravel a través de una visión diferente en la que ponen el acento en la identidad vasca del compositor labortano. La grabación, que se llevó a cabo en octubre con alrededor de 90 músicos, fue presentada ayer por el director general de la agrupación, Oriol Roch, y el propio Treviño. Bolero, La Alborada del gracioso, La Valse, Rapsodia española, Pavana para una infanta difunta y Une barque sur l'ocean son las piezas incluidas en el disco editado por el sello finlandés Ondine.
Treviño quiso desde los inicios de su titularidad como director del conjunto sinfónico explorar la identidad vasca de Ravel (Ciboure 1875-París 1937) y planteó este trabajo con el propósito de aportar "algo especial" a la música del compositor. "Grabar Ravel va en línea con la misión de la orquesta de profundizar y dar a conocer obras de compositores vascos al tiempo que aporta una posibilidad de proyección internacional al interpretar parte de las grandes obras sinfónicas del compositor", señaló Treviño.
Para Euskadiko Orkestra grabar un disco solo de Ravel "es un gran reto, porque es un repertorio que la gente conoce extremadamente bien, y que ha sido muy bien grabado", apuntó Treviño quien destacó "la gran afinidad con la música de Maurice Ravel" que siente este conjunto. Muchos pasajes en la música de Ravel se pueden señalar como "específicamente vascos, ritmos o modismos populares que se hallan ocultos por toda su obra". "Aunque hay mucho color francés" en el sonido raveliano "también hay franqueza y determinación vascas", remarcó. "Nos hemos sumergido en su música y hemos repensado a este magistral compositor.