Desde hace varias semanas son varios los festivales que están siguiendo el mismo patrón que el año pasado, es decir, haciendo público el respectivo anuncio de cancelación en 2021 a causa del coronavirus y el emplazamiento al público para reencontrarse en 2022, confiando en que la pandemia no siga poniendo más piedras en el camino. Ya hace doce meses, el Azkena Rock Festival fue de los últimos eventos en dar ese paso sin vuelta atrás, no por nada, sino porque hasta el último momento estuvo intentado hacer posibles distintas iniciativas. De hecho, Last Tour consiguió llevar a cabo una edición especial y online durante dos días con invitados especiales y no pocos alicientes. La confianza era entonces poder llegar a este próximo junio en una situación muy diferente que hiciera posible el encuentro con el público en Mendizabala.
Por ahora no se ha descartado nada, eso es cierto, pero el certamen se está preparando para cualquier tipo de posibilidad a tenor de cómo evolucione el covid, el proceso de vacunación y las decisiones que tomen las autoridades -no solo estatales- con respecto a celebración de este tipo de eventos, aforos, movilidad también entre países y demás. Lo cierto es que, como apunta el CEO de la promotora vasca Alfonso Santiago, "trabajamos en diferentes escenarios y pronto habrá que tomar decisiones". La incertidumbre es la nota dominante en estas circunstancias pero si hay algo seguro después de tantos años de ARF y de camino junto a Last Tour es que si hay la más mínima posibilidad de hacer lo que sea con calidad y profesionalidad, se va a intentar hasta el último momento.
Por ahora, eso sí, habrá que seguir esperando un poco más. En este 2021, de hecho, el Azkena no es el único festival de relevancia que está esperando más que hace doce meses para dar pasos en el sentido que sea. La situación es muy complicada pero no igual a la de 2020.