Las novedades se agolpan. Lo hacen en forma de EP, con cuatro temas cada uno. El que ya está disponible desde principios de 2021 se llama Siberia, un guiño a su ciudad, a esta Vitoria a la que ha vuelto tras un tiempo fuera. El que llegará a partir de mañana es Toxic World, Toxic Population En formato digital, ambos trabajos vienen a sumar a una trayectoria que comenzó en 2014 siguiendo la senda del hip hop aunque ahora es el techno el que marca el camino. “En realidad es lo que quería hacer desde el principio”.

En el caso de Siberia, composiciones como Berpiztu “Me vine a Vitoria unos días antes de que comenzase el confinamiento. Como siempre he producido música fuera de aquí, me quería tomar mi tiempo para dedicar algo a esta ciudad, hacer un homenaje a Vitoria. Quería revivir mis sensaciones aquí después de haber estado fuera”. Dicho y hecho.

El resultado, “aunque no sé si hoy las etiquetas tienen mucho sentido”, es una propuesta de hardcore techno en la que “cada uno interpretará lo que considere”, más allá de que el autor ha buscado en sus propios recuerdos y vivencias en Gasteiz para dar fondo y forma al disco. “Es una música tal vez dura, agresiva de escuchar, pero bueno. Cuando me siento a hacer una canción, pienso antes qué quiero transmitir con la música y creo que este EP está muy enlazado con la ciudad. Es una música dura pero es un sonido que representa bien a Vitoria. También tenemos un carácter fuerte”, dice con una sonrisa.

De todas formas, mientras Siberia sigue haciendo camino, Álvaro Ortiz de Elguea Lope (@alispe_dj en Instagram) publica mañana su nuevo EP, un Toxic World, Toxic Population compuesto por temas como Nortasunaren zalantza y Gizajalea. “Estamos en una situación difícil de asimilar y el disco habla de eso”, de ese escenario marcado por la presencia del coronavirus. “Cuando la pandemia no exista, podremos escuchar esto y recordar lo que vivimos”, un testigo sonoro de lo que es y ojalá pase cuanto antes.

Pero más allá del covid, Alispe sigue difundiendo sus creaciones, sobre todo gracias a las redes sociales, al encuentro virtual con otros Dj y productores con los que ahora es imposible estar de manera física en las sesiones, sin olvidar al público. “Hay mucha relación e intercambio, y nos ayudamos a difundir lo que hace cada uno. Al final, la música une a las personas y las redes sociales son una buena manera de compartir y encontrarse” dentro de un campo en el que el trabajo es “bastante solitario, aunque cuando hago mi música siempre estoy pensando en la gente que puede escucharla”. “A veces es difícil encontrar gente joven a la que le guste este tipo de música, pero yo me siento atrapado por el techno”, admite mientras recuerda como, cuando era crío, en casa de sus padres sonaban vinilos de Boney M y Mike Oldfield.

“Quería revivir mis sensaciones en la ciudad después de haber estado fuera”, algo que se traduce en este “homenaje” sonoro

Este sábado también estará disponible ‘Toxic World, Toxic Population’, trabajo marcado por la presencia del covid-19