- Cuando dos talentos se reúnen, solo lo mejor puede ocurrir. El público alavés lo pudo comprobar de primera mano el pasado septiembre cuando acudió al Conservatorio Jesús Guridi para encontrarse con Iñaki García Oyón y Adriana González. "Mi debut en mi tierra se está haciendo esperar, pero llegará seguro" decía meses antes el director de orquesta y pianista en estas páginas tras saber que la pandemia obligaba a aplazar el recital que iba a ofrecer en marzo junto a la soprano. Pero al final la música pudo al covid y la actuación se pudo llevar a cabo. Una cita en la que ambos intérpretes presentaron el disco Dussaut & Covatti: Mélodies (Audax Records), aunque hubo tiempo para visitar a Isaac Albéniz en la ciudad natal del padre del afamado compositor.
"Hemos incluido algunas de las canciones de Albéniz en nuestros recitales desde hace ya tres años, y nos pareció que no podían faltar en nuestro concierto en Vitoria, en el aula magna que lleva el nombre del compositor. Además, no podíamos obviar el origen alavés de su familia", recuerda Encina Oyón desde París. De hecho, a su actual ciudad de residencia ha regresado hace pocas semanas tras la grabación en Italia de un disco que tiene a Albéniz como gran y único protagonista.
"Es probablemente el músico español más universal, junto a Falla, Turina o Granados" aunque "lo curioso es que solo sus obras pianísticas han trascendido. Las orquestales están ausentes de los programas de concierto, al igual que sus óperas. Y yo me llevé una sorpresa al descubrir sus canciones en una tienda de partituras en París hace ya más de diez años. Siendo la música vocal mi especialidad, no podía creer que Albéniz tuviese 30 canciones, y que yo ignorase totalmente su existencia, al no haberlas jamás oído ni visto programadas. Mayor fue mi sorpresa aún, al abrir la partitura y comprobar que las canciones no estaban en castellano, sino principalmente en inglés. Solo cinco canciones de juventud tienen textos en castellano de Bécquer, y también hay canciones en italiano y francés".
Fue la chispa para llevar a cabo un proyecto que también se desarrolla con Audax Records tras el éxito de su primera colaboración. "Ha tenido muy buena acogida, cosechando numerosos e importantes premios, pero uno no puede trabajar pensando en las críticas. Lo importante es estar satisfecho con el trabajo realizado". Lo cierto es que, con esa referencia anterior, tanto él como González se han puesto el listón muy alto a la hora de afrontar un trabajo que está previsto que se publique en otoño tras la grabación realizada a principios de 2021 en el centro cultural Gustav Mahler de Dobbiaco, en medio de los Dolomitas, "un lugar inspirador".
Cuando el disco esté ya disponible, "el oyente podrá realizar un viaje por la vida de Albéniz", un tránsito cronológico pero también "lingüístico y geográfico" ya que el creador "viajó muchísimo y vivió en Londres y en París". En suma "esas 30 canciones nos permiten seguir toda la evolución como artista del compositor". Así lo podrán comprobar quienes se acerquen al resultado de un proyecto exigente en muchos sentidos. "El reto principal es para el cantante, ya que debe cantar en cuatro idiomas. Siendo el inglés un idioma particularmente complejo para el canto, por la cantidad de vocales que contiene. Además, cuando uno graba la integral de un compositor, no está eligiendo las canciones que mejor se adaptan a su voz. Es la voz la que se adapta a cada estilo, idioma o dificultad técnica. Albéniz era un reputado pianista, reconocido niño prodigio ya desde su infancia. La escritura pianística es muy exigente, y armónicamente se va haciendo cada vez más audaz, llevando la música a extremos, como lo hace en su suite Iberia. Es una música muy compleja de leer para los interpretes, pero que luego resulta de muy fácil escucha para el oyente".