- La actualidad informativa se mueve a base de muchos estímulos y con la pandemia como telón de fondo. Cifras que cambian por minutos, medidas que obligan a modificar hábitos de vida de un día para otro, rifirrafes políticos… Dentro de un mes, el 14 de marzo, se cumple el aniversario del día que dejó sin aliento a la sociedad y que confinó por sorpresa a la población en sus casas. Eider Hurtado y Nerea Reparaz quieren investigar a fondo cómo nos ha cambiado todo lo que ha pasado. La antigua normalidad parece que fue hace siglos y que no estamos seguros de qué va a ocurrir mañana. La cita con las dos es el día 21 en el prime time de ETB-2
‘Aquí y ahora’, programa para una actualidad que cambia al minuto.
—El reto que nos hemos marcado es estar muy pegados a todo lo que pasa en los hogares, en la sociedad, en el mundo en general. Lo que queremos contar e investigar es cómo está cambiando nuestro entorno, nuestros hábitos de consumo y de vida.
Reportajes y datos. Vayamos a lo último. ¿No le parece que estamos un poco cansados de tantos datos?
—Tener todos los datos es fundamental para una opinión bien formada. Creo que el periodismo de datos es el presente y el futuro.
Los datos pueden confundir.
—Siempre he dicho que no creo en los datos como sinónimo de objetividad. La objetividad es muy complicada en nuestra profesión, pero sí ayuda a formarte lo mejor posible, da una idea y crea una radiografía certera de lo que ocurre. Sobre todo, los datos arropan el tema que queremos tratar en cada momento. Nos ayudan a comprender mejor su dimensión.
¿Había visto usted antes tantos expertos en virus y pandemias?
—Pasa como con las crisis; de repente, todos son expertos en economía. Es cierto que han salido muchos expertos, pero hay referentes importantes en nuestro entorno y hay que escucharles. Hemos aprendido a escuchar a los expertos de verdad, a los que tienen un conocimiento real. Los medios, cuando hay una crisis como la actual, necesitamos a alguien que nos guíe y buscamos a las personas que destacan por una investigación importante y conocen los temas.
¿Va a haber muchos expertos en ‘Aquí y ahora’?
—Por supuesto. Va a haber los que necesitemos. Pienso que es el acierto del programa que preparamos. Vamos a contar con las voces más autorizadas para que nos den respuesta a todas las preguntas que están surgiendo en momentos tan cambiantes.
Periódicos, radios o televisiones abren día sí y día también con el Covid. Resulta a veces muy cansado. ¿Van a tener cabida otros temas?
—Claro. Nerea (Reparaz) y yo lo que queremos es, que en un momento en el que toda la atención informativa es acaparada por las cifras de contagiados, las vacunas y otros temas de Covid, poner el foco en cómo nos está haciendo vivir de forma diferente.
¿Por ejemplo?
—En la alimentación, el consumo, no estamos viajando, no nos reunimos… Son cosas que antes eran vitales y que ahora no tienen el mismo sentido. El miedo lo está eclipsando todo y queremos centrarnos en cuestiones que evolucionan muy rápidamente. Como periodista me hago muchas preguntas. Aquí y ahora quiere identificar todas esas inquietudes y buscar respuestas. De esto vamos a salir diferentes, ya somos diferentes.
Usted es una gran viajera, esta pandemia le habrá cambiado mucho.
—Por trabajo aún puedo viajar y moverme a algunos sitios. Me siento muy privilegiada en ese sentido. Pero por ocio tengo cortadas las alas igual que el resto. Soy optimista y creo que volveremos a volar alrededor del mundo. Tengo la esperanza de que llegue el momento de recuperar muchas cosas que nos hacían felices.
¿Cree que esta crisis ha cambiado el periodismo?
—Claro, ya no nos podemos mover de la misma manera. Se trabaja muchísimo desde casa. Tiene una parte mala, muchas coberturas están limitadas y se cubren a distancia. No tendría por qué ser así. Se están aprovechando las excusas que da la pandemia y eso va en detrimento de la profesión y de la calidad del trabajo.
¿Nuevos aires en el mundo de la comunicación?
—Sí. Hemos aprendido a comunicarnos de otra manera. Se están estableciendo nuevas formas que han venido para quedarse. Los periodistas debemos ponernos las pilas. Cada vez se consume más desde casa y es uno de los temas que vamos a tratar, la influencia de las redes sociales.
Siempre se ha elogiado el teletrabajo hasta que nos hemos visto obligados a utilizarlo.
—Y tienes sus partes buenas también. Nos hemos acostumbrado a hacer un Zoom o un Skype para una entrevista que antes implicaba desplazarse un montón de kilómetros. Pero también se pierden las relaciones personales, muy importantes para nuestro trabajo. Se pierde poder conocer de cerca las cosas. La forma de hacer periodismo no está cambiando con la pandemia, ya ha cambiado.
¿Cree que el teletrabajo se ha impuesto como fórmula?
—No estoy tan segura. Al principio pensábamos que se iba a establecer mucho más. Yo he vuelto a salir de casa, hace tiempo que lo he hecho. La verdad es que soy de estar poco en casa. Creo que hemos cogido la parte buena del teletrabajo sin que nos limite el movimiento. Hablábamos de los cambios en el mundo del periodismo, fíjate en las redes sociales.
No sé si las redes sociales han cambiado el periodismo para bien.
—Estoy de acuerdo. Pero es que las redes sociales también están cambiando nuestras vidas. Fíjate lo que vimos en el asalto al Capitolio en Washington, era impensable hace años que esto se pudiera organizar a través de las redes sociales. La influencia de las redes sociales puede modificar muchas conductas.
La política se retransmite ahora a golpe de tuits.
—No me gusta nada que las declaraciones importantes de las instituciones y las de los políticos se hagan a través de redes sociales. Esto me molesta mucho como periodista. Las declaraciones importantes deben hacerse delante de la prensa y que tengamos la oportunidad de saber más o preguntar lo que no queda claro. Ahora se da más importancia a un tuit institucional que a un comunicado oficial. Sobre este tema podríamos hablar hasta el infinito.
Sin embargo, es lo que ha calado en la opinión pública.
—No sé. Twitter es un lugar en el que nos manejamos cuatro como quien dice. El público real no está pendiente de cada tuit. Un tuit es algo irreal y hemos entrado en el juego sin casi darnos cuenta. Permite una comunicación en unos tonos que no se darían en otras circunstancias.
“Lo que queremos contar e investigar es cómo está cambiando nuestro entorno, nuestros hábitos de consumo y de vida”