- Por supuesto, no ha sido una edición más. Incluso en un principio, cuando todo eran incertidumbres y planes alternativos, sobre la mesa estaba la posibilidad de que esta vez todo fuese virtual. Pero el octavo Aitzina Folk ha podido al final encontrarse cara a cara con los espectadores, sirviéndose de la herramienta de la emisión en streaming en la mayor parte de las citas e incluso viviendo un concierto internacional gracias a internet. El covid-19 ha trastocado todo. También el propósito solidario del festival gasteiztarra, cuya financiación siempre se destina a la investigación de la ataxia telangiectasia. Habrá que ver qué consecuencias tiene ese objetivo la reducción de aforos y el hecho de haber tenido que amoldar el programa. Eso sí, todavía toca despedirse, un adiós justo cuando el nuevo 2021 está diciendo hola.

En los últimos años, Mendizorroza se ha convertido en sede del Aitzina, una apuesta importante a la que tanto los músicos como el público y el propio festival han sabido responder. Y a pesar de las circunstancias, el certamen no ha querido dejar de encontrarse esta vez con el veterano polideportivo. De hecho, todo está dispuesto para que hoy, Oreka TX se adentre en él, aunque la formación ya sabe lo que es pisar su cancha. Todavía se recuerda aquella vez, por ejemplo, con Kepa Junkera y Pat Metheny en el marco del Festival de Jazz.

En esta ocasión, la cita con los espectadores se producirá a partir de las 19.00 horas. Por mucho que las dimensiones y la capacidad del recinto lo posibiliten, cabe recordar que el Gobierno Vasco no permite más de 400 personas en actos culturales en espacios cerrados, así que ahí estará el límite de unas entradas que están a la venta por 15 euros. A partir de ahí, será el momento de una formación que volverá a la capital alavesa para presentar su último trabajo, Koklea.

Como a tantos otros proyectos, a esta nueva aventura del veterano grupo le pilló la aparición del covid-19 poco después de haberse presentado en sociedad coincidiendo con la Azoka de Durango de 2019. Se trata del cuarto disco en los 22 años de carrera de los trikitilaris Mikel Ugarte y Harkaitz Martínez de San Vicente, en los doce desde que se sumaran al dúo Iñigo Egia, a la percusión, Juanjo Otxandorena, en el buzuki, y Michel Ducau, en la alboka y el saxo soprano, para conformar la banda actual. Aunque su base es instrumental, el trabajo cuenta con la participación de las voces de otros artistas que han acompañado al grupo en otras ocasiones como Thierry Biscary, del dúo vascofrancés Kalakan, Aziza Brahim, de Sáhara Occidental, Mónica de Nut, de Galicia, el grupo gitano San Salvador de Occitania, y Emi Toko, de Japón. Por supuesto, la situación de pandemia impide que alguno de ellos pueda estar en la capital alavesa hoy, aunque es evidente que la vida siempre puede dar sorpresas.

Harkaitz Martínez de San Vicente explicó en la presentación del disco que es un “compendio” de los dos trabajos anteriores de la banda. De Silex permanece el sentido de “lo armónico” y de Nómada se mantiene la colaboración con artistas de otras partes del mundo con los que han trabajado en otras ocasiones y que cantan en sus respectivos idiomas, porque “interesa la sonoridad de cada lengua”. A pesar del confinamiento, la propuesta ha podido tener su recorrido en los directos, incluyendo el paso de Oreka TX por la pasada edición del Jazzaldia, el único de los festivales de jazz del País Vasco que se mantuvo en pie.

Ahora, la formación regresa a Vitoria para poner el mejor broche posible a un Aitzina Folk que seguirá trabajando en pro de la música y de la obtención de recursos para la investigación de la ataxia telangiectasia, enfermedad de las denominadas raras que padecen dos jóvenes del País Vasco.

A pesar de las dimensiones del polideportivo, solo 400 personas van a poder acudir a la cita por las restricciones de aforo

El último álbum del grupo se publicó en diciembre de 2019, muy poco antes de que la llegada del covid-19 lo paralizase todo