Eolo Andino: saxo. Nico Andino: trompeta. Pier Stefano Bruera: batería. Aritz Luzuriaga: contrabajo. Nicolás Martín Alfaro: guitarra. Thierry Wendling: piano. Conservatorio Jesús Guridi. 15 de diciembre.
la música volvió. Y las ondas regresaron. Meses después del cierre por pandemia, las audiciones de Ondas de Jazz, que cumple quince años, volvieron en noviembre con NoQuestion, quinteto formado por Peio Martínez (saxo), Dani Artetxe (guitarra), Borja Echeverría (piano), Daniel Domínguez (batería) y Ion Dorregarai (bajo), quienes arrancaron varios minutos de aplausos consecutivos al público del Conservatorio Jesús Guridi. Y este martes tocó turno a Andino Brother’s Mess, el sexteto internacional con repertorio totalmente propio que lideran los hermanos Andino (Nico a la trompeta y Eolo al saxo). Pero fue mucho más que una audición de hora y media: fue un concierto milimetradamente calculado.
Siete temas de minutaje equilibrado, con tempos diversos y un lenguaje común: el del jazz que desde la distancia de las décadas podemos clasificar como el-más-moderno-dentro-del-clásico. Tomorrow fue un breve preludio, melódico en su arranque, que marcó el primer punto fuerte del sexteto: el diálogo, a veces al unísono, a veces en contrapunto, de trompeta y saxo alto. Le siguió antes de la primera pausa Márchate, verdadero primer plato donde paladeamos el solo de Nicolás Martín Alfaro a la guitarra y las notas de ese mágico instrumento llamado vibráfono (gracias, Terry Wendling). Y casi al final, una penúltima estampida de aroma latino que desveló la base marcada por el contrabajo desde el comienzo.
Contó Eolo Andino que llevaban tres días ensayando, pero el público sabe que el trabajo bien hecho es de larga duración. Me gustaría destacar, por eso, que Somewhere Above sonó misterioso en su arranque, que Muelle fue una humeante balada de velocidad supremamente lenta o que Moving On fue tan complejo como legítimo. Y que Just Do It demostró una de las razones por las que estos músicos tienen talento: sus dedos no buscan por buscar el vértigo de las fusas ni sus cerebros padecen pánico al silencio. Las notas precisas y la tímbrica necesaria: exuberancia pero sobriedad, solos libres pero compenetrados puentes entre las partes.
Surgieron en las conversaciones con Joseba Cabezas nombres como Red Norvo, Elvin Jones o Step Ahead. Añado Bill Evans y Cannonball Adderley. También se habló sobre la sociología del músico de jazz. ¿Sabían ustedes que la escena parisina puede proporcionar al artista que empieza hasta cuarenta y cinco actuaciones al año y emolumentos públicos suficientes para que su carrera se desenvuelva y crezca con la dignidad que se merece cualquier profesional? Exacto, pensarán ustedes: como aquí.
Hubo tiempo en los minutos iniciales para recordar con emoción a la cantante Meritxel Negré, fallecida este año a los cuarenta y ocho años y que pasó por los escenarios de Ondas de Jazz. Ondas de Jazz ha elegido para celebrar sus quince primeras ediciones a un nutrido elenco de músicos. Bajo el inspirador lema de Le Retour du Jazz, intérpretes que en anteriores ediciones pisaron el escenario del conservatorio, antiguos alumnos en ocasiones, regresan convertidos en profesionales reconocidos y respetados artistas. Larga vida a las ondas. Larga vida a los músicos. Larga vida al jazz.