Es una cita ya habitual con la creación audiovisual en euskera y este 2020, a pesar de todo, no va a faltar a su encuentro con el público. En realidad, se tenía que haber producido entre marzo y abril, pero el covid-19, cómo no, se empeñó en trastocar los planes. Aún así, este miércoles el ciclo Laburbira, dentro de su periplo por dentro y fuera de Euskal Herria, llega a la capital alavesa para poder compartir nueve producciones muy diferentes entre sí, como explica Euskaltzaleen Topagunea, que se encarga de la organización general del circuito.
La sesión se va a producir a partir de las 18.00 horas en Oihaneder Euskararen Etxea -que colabora con Geu, IKA y AEK para hacer posible la propuesta en Gasteiz-, siendo el acceso gratuito, aunque todas las invitaciones que estaban disponibles se encuentran ya agotadas. Entre el tirón de la iniciativa y la reducción de aforos, todo se vuelve un poco más complicado de lo habitual.
La propuesta tiene dos objetivos fundamentales. Por un lado, dar a conocer el trabajo de los creadores en euskera, abriendo la posibilidad de que sigan produciendo. El otro pasa por "hacer disfrutar a los espectadores de estas perlas creadas por nuestras creadoras y creadores".
Los asistentes van a poder compartir, por tanto, de las historias que se recogen en Gau beltza, impulsado por Euskaltzaleen Topagunea; Urak dakarrena, de Marilin Taldea; Anti,de Josu Martinez; Trige bat, de Amaia San Sebastian; Pil pil, de Kristina Zorita; Mamarro, de Ibon Iza Totorika; Kateak, de Yolanda Mazkiaran; Jauzi bat eta prixt, de Maitane Eyheramonho; y Harria herria, de Dimegaz Kultur Elkartea.