ilda Swinton es una de las actrices más camaleónicas de Hollywood. De alma escocesa y raíces aristocráticas, la singular artista cumple hoy sesenta años sin bajar el pistón y sumando “sueños”, como el que cumplió en verano al rodar con Pedro Almodóvar. Katherine Matilda Swinton nació en Londres pero sus orígenes se encuentran en Escocia, donde tiene su residencia, cerca de Inverness, con sus hijos y su pareja, el artista alemán Sandro Kopp, de 42 años. Su porte atípico, elegante y andrógino. hace que con frecuencia se la perciba como una persona distante. Una supuesta frialdad que no es tal, según aseguran quienes la conocen, que destacan el entusiasmo arrollador que despliega en todos sus trabajos. La intérprete británica cuenta con la adoración de directores, crítica y audiencia y su versatilidad le ha servido a lo largo de 35 años para meterse en la piel de todo tipo de personajes con sobrada solvencia.
Hija del séptimo Lord de Kimmerghame, el escocés John Swinton, y la australiana Judith Killen, fue educada en elitistas internados ingleses, donde se hizo amiga de Diana Spencer y se licenció en Políticas en Cambridge. Su padre era general del ejército británico. “Ser hija de un militar fue un entrenamiento perfecto para hacer películas”, explica entre risas. Algo de cierto tiene que haber porque ha llevado una carrera metódica y disciplinada, avanzando a campo abierto en su profesión y conquistando el reconocimiento de directores, público y crítica hasta convertirse en una verdadera “mariscal de campo” de la actuación.
En 1984 dio sus primeros pasos en la interpretación, en la Royal Shakespeare Company. Su debut oficial lo propició Derek Jarman, en 1985, con Caravaggio. Con él continuaría trabajando y produciendo otros siete títulos, entre ellos Eduardo II, por el que ganó la Copa Volpi a mejor actriz en la Mostra de 1991. Swinton siempre menciona a Jarman al explicar su dedicación a esta industria: “Él es la razón por la que yo soy actriz. Fue una experiencia muy profunda. No me puedo imaginar otra relación como ésa porque fue única y, además, mantuvimos una estrecha amistad. Conocerle fue una de las grandes bendiciones que he tenido”, ha dicho. Para celebrar su 60 cumpleaños, TCM tiene previsto emitir hoy algunas de sus películas: Solo los amantes sobreviven, Flores rotas, ambas dirigidas por Jim Jarmusch; Tenemos que hablar de Kevin, de la realizadora Lynne Ramsay; El ladrón de orquídeas, adaptada por Spike Jonze o El curioso caso de Benjamin Button, de David Fincher. La directora Sally Potter la eligió en 1992 para interpretar el papel de Orlando en la película del mismo título, basada en la novela de Virginia Woolf. También ha participado en filmes más comerciales como La playa de Danny Boyle, junto a Leonardo DiCaprio, o Vanilla Sky, la versión norteamericana de Abre los ojos de Amenábar.
Atesora incontables premios como el Globo de Oro a mejor actriz por En lo más profundo (2000) o el BAFTA y el Oscar a mejor actriz de reparto por Michael Clayton en 2008. Más recientemente ha trabajado a las órdenes de directores de culto como Wes Anderson, Luca Guadagnino o los Coen. Su curiosidad innata le ha llevado, además, fuera del cine, a embarcarse en otros proyectos artísticos, con performances en museos como la londinense Serpentine Gallery o el Moma de Nueva York. Su vertiente camaleónica hizo que David Bowie la escogiera en 2013 como compañera de reparto en el vídeo clip de su tema The Stars (are out Tonight). Y esa peculiar imagen le ha funcionado también en la moda. Karl Lagerfeld la definió como “icono atemporal de elegancia”, mientras que los holandeses Viktor Horsting y Rolf Snoeren -de la firma Viktor & Rolf- crearon una colección inspirada en Swinton. La actriz celebra 60 años en un momento prolífico y dulce. En la última edición de la Mostra se le concedió el reconocimiento a toda su carrera con el León de Oro honorífico. Cumplió, también, uno de sus “sueños” al convertirse en verano en la protagonista del corto La voz humana de Pedro Almodóvar, una adaptación libre y en inglés del monólogo de Jean Cocteau.