- A mediados de la primera década del nuevo siglo nació en Bilbao un nuevo certamen artístico que quería, ante todo, se un punto de encuentro y visibilización de aquellas expresiones, sobre todo musicales, que por lo general quedan al margen, incluso para algunos de aquellos eventos o escenarios que se llaman a sí mismos alternativos. Desde entonces, el Zarata Fest ha ido abriendo el abanico a un sin fin de propuestas híbridas, creciendo además con ediciones en tierras madrileñas y gallegas. En este 2020, esta apuesta no va a faltar a su encuentro con el público, más allá de que la presencia del covid-19 tenga, como es evidente, sus consecuencias.

Esta vez, el festival, que como sus responsables definen, está dedicado a la improvisación libre, la performance, la danza, la electrónica experimental, el arte sonoro, el arte digital y el rock raro, se va a desarrollar en tres partes, teniendo lugar la primera de ellas en Vitoria. Más en concreto, va a ser esta tarde cuando tenga lugar el inicio de la décimo cuarta edición del evento, sirviéndose de la sala Baratza como escenario anfitrión desde las 18.00 horas. Esta entrega está destinada a "explorar relaciones entre lo sonoro-experimental y otras disciplinas como la performance, la música y el teatro", un propósito que se materializará ante un espacio que, con toda probabilidad, se va a quedar pequeño. No en vano, todas las entradas anticipadas puestas a la venta online están agotadas, aunque seguirá habiendo pases en taquilla.

Será con la proyección de Mamua con la que se abrirá el cartel, aunque no se han querido dar detalles sobre este vídeo para mantener la sorpresa entre los presentes. Después, será la performance la que pedirá paso. Bortusai es una pieza creada y dirigida por la artista gasteiztarra Marina Suárez Ortiz de Zárate, que además se encarga de la parte sonora de una propuesta interpretada por Natalia Suárez, Maite Mugerza, Helena Wilhelmsson y Hannah Whelan, una creación que "es un paisaje en movimiento en el que cuerpos y objetos comparten un mismo lenguaje en el espacio. El movimiento es el hilo que va tejiendo las relaciones entre la materia viva y la muerta".

A partir de ahí, el siguiente paso lo dará la banda KLS, trío de grindcore, punk y noise conformado por Balty Albiol (bajo y voz), Edgar Peters (batería) y Victor Peters (guitarra), que acudirá a la capital alavesa tras editar el año pasado su último 7", Split w/ Negro, y con la intención de llevar a los presentes a un terreno en el que los instrumentos parecen querer luchar entre sí.

El relevo vendrá de la mano de Moyie (Mayi Martiarena y Oier Diaz), que presentará todo un ejercicio de improvisación libre en el que el teatro, la música y el arte se funden. Claro que ahí no quedará la cosa, puesto que la guinda a esta tarde intensa en Baratza se producirá con la propuesta de música clásica experimental que desarrollará la acordeonista Garazi Navas, que a Vitoria acude para presentar su colaboración junto a Miguel A. García, con quien ha generado una serie de piezas que exploran su instrumento.