ngela Schanelec muestra sus credenciales desde el plano de apertura. En el minuto uno, ya intuimos lo que aquí nos aguarda. Schanelec ha decidido seguir las huellas de Bresson con la misma actitud con la que los primeros cristianos abrazaban el martirio, dispuestos a dejarse la vida; decididos a no desviarse ni un ápice de las lecciones de su maestro. Sin ser tan solemnes, hay que decir que ese dejarse la vida simplemente conlleva enfrentarse a todo tipo de descalificación porque cuando Bresson estaba en activo, su cine entraba en las salas de estreno casi a hurtadillas.
Por lo pronto, Schanelec ya recibe los mismos insultos que Bresson. En la proyección pública en la que vi la película, un grupo de espectadoras (des)calificaba a Estaba en casa, pero... como un filme hermético, pretencioso, una obra aburrida al estilo de lo que se suele tildar como “una peli sin pies ni cabeza”.
Eso significa que no posee ese argumento convencional de presentación, nudo y desenlace donde todo encaja y donde, a ser posible, todo termina. Nada costumbrista hay en Estaba en casa, pero..., filme que empieza con una alegoría, una suerte de fábula donde vemos como un perro persigue a una liebre ante los ojos de un asno. Aquí, la ley natural y la sombra del Baltashar de Bresson reclaman su influjo en una dirección rigurosa capaz de hacer que los animales se expresen con la precisión de los seres humanos y que los actores dejen de imitar el comportamiento naturalista para moverse como zombis carentes de sombras.
A su directora y guionista hay que reconocerle una sólida coherencia interior. El filme, en sus abruptos cortes y a través de escenas autónomas, a veces de pegamento discutible, presenta una solidez extraordinaria. Seguirá a Bresson pero no pierde de vista de Haneke. Entre otras cosas porque es cine cien por cien teutón, no en vano, el nombre de Angela Schanelec (1962) se suele citar junto a Christian Petzold, Valeska Grisebach o Ulrich Köhler, gentes vinculadas a la Escuela de Berlín. Con Hamlet como pretexto y con un dibujo coral bajo cero, Schanelec conjura una sociedad sin alma donde los habitantes de esa casa que su título enuncia se comportan como extranjeros en su propia tierra.
Dirección y guion: Angela Schanelec Intérpretes: Maren Eggert, Jakob Lassalle, Clara Möller, Franz Rogowski País: Alemania. 2019 Duración: 105 minutos