- Cuando la música en vivo intentaba levantar cabeza, sometida a las duras restricciones de aforo por la pandemia de covid-19, el sector vuelve a vivir con incertidumbre la decisión del Gobierno de prohibir el ocio nocturno, incluidos muchos de los locales en los que suele encontrar cobijo esta actividad.
Para salir de dudas, la mayoría del sector (a los que la medida ha pillado de improviso) aguarda cauto la publicación de la misma tanto en el Boletín Oficial del Estado como en los boletines de las Comunidades Autónomas, que son quienes tienen las competencias respecto a estas cuestiones.
En relación a las medidas anunciadas por parte del Gobierno, la Asociación Estatal de Salas de Música en Directo (ACCES) lamentó ayer que "se le haya dado la puntilla" al sector al incluir el cierre de bares de copas con actuaciones musicales, ya que supone una "situación dantesca" para los responsables de estos locales.
"Es un mazazo y se va estrechando el cerco. Aunque la redacción es ambigua, nos afecta porque la gran mayoría de salas sobrevive gracias a la actividad de ocio nocturno de después y a partir de las 00.00 de la noche no se van a poder servir consumiciones. No merece la pena abrir", señaló ayer el coordinador de ACCES, Armando Ruah.
Ruah explicó que la situación actual de las salas de conciertos "no es buena", puesto que la limitación de abrir con el 75% de aforo ha llevado a muchos locales a tomar la decisión de mantener sus puertas cerradas -"y el que las abre, lo hace con un aforo de entre 18 y 20 personas como máximo", destacó-.
Para el empresario, la situación "está yendo cada vez a peor" e incluso entiende estas nuevas medidas como "un preconfinamiento". "Si ahora nos ha tocado a nosotros, imagino que los siguientes en caer serán los bares corrientes", alertó, para luego hablar de una "diferencia de agravios".
"Se está limitando a lo bestia los espacios cerrados, pero luego uno ve aglomeraciones en corridas de toros o que los centros comerciales siguen abiertos. Creo que se ha estigmatizado mucho al sector cultural", criticó Ruah.
No obstante, el empresario señaló que el texto es "ambiguo" y puso como ejemplo cómo afectará también a los eventos multitudinarios, entre los que podrían estar incluidos los conciertos, y que el Gobierno entiende "tienen unas características similares a las asociadas al ocio nocturno".
"Se habla de la obligación de realizar una evaluación del riesgo asociado a este tipo de eventos por parte de la autoridad sanitaria, pero es que eso es muy difícil de llevar a cabo. Veremos cómo se desarrolla en el decreto", concluyó.
El informe inicial presentado por la Federación de la Música en España, Es_Música, estimaba unas pérdidas de 662,2 millones de euros para la industria del directo de marzo a septiembre, un impacto que sería mucho mayor sobre la economía española y que los responsables del estudio cifran en más de 7.600 millones de euros.