- Sin duda, el 8 de julio de 2019, cuando la socialista Ana del Val fue nombrada diputada de Cultura y Deporte, ni ella ni nadie se podía imaginar lo que está sucediendo desde la aparición del covid-19, pero lo cierto es que la pandemia es una realidad más que presente, ante la que ella, cada vez que tiene oportunidad, repite la idea de que "la cultura no va a ser la pagana de esta crisis".
Cuando a principios de marzo hizo acto de presencia el covid-19 en la vida del territorio, ¿qué primeras ideas, preocupaciones, sensaciones recuerda haber tenido?
-Creo que todo el mundo que me conoce sabe que soy una mujer optimista por naturaleza. Pero el 9 de marzo tuve una reunión en Lehendakaritza en la que ya se decidió que se suspendía la asistencia a los centros escolares y, por ende, teníamos que cerrar el deporte escolar. Me acuerdo que vine a Diputación, creo que como a las siete de la tarde, y empecé a llorar como si no hubiera un mañana porque nos enfrentábamos a algo completamente desconocido y no sabíamos qué iba a pasar. Aquello daba miedo, mucho miedo. Y me pregunté: ¿y ahora qué tengo que hacer? Esa noche, personalmente, fue muy dura. Al día siguiente, fue venir y empezar a trabajar con todo el equipo para ver qué hacíamos, qué medidas tomábamos, por dónde podíamos ir. Nos dedicamos en este departamento al deporte escolar, que involucra a más de 20.000 escolares. Trabajamos en la cultura, con todo lo que eso supone y con todo lo que teníamos programado. Habíamos trabajado mucho para este 2020, con cosas muy interesantes y diferentes. Al ver que todo se caía, fue enfrentarse a mucha desesperanza. Yo lo he vivido mal, muy mal y no me importa decirlo. Muy mal profesional y personalmente, y con mucho miedo. Pero no me he dado cuenta de lo mal que he estado hasta que hemos vuelto a cierta normalidad.
Pero hay que seguir caminando y ante la nueva situación, el departamento ha establecido dos grandes áreas de actuación. Por un lado, poner en marcha una programación que active el motor cultural. Por otro, establecer diferentes líneas de apoyo al sector. En el primer aspecto, el territorio ya ha vivido las primeras actuaciones. ¿Qué sensaciones iniciales tiene en cuanto a cómo se está desarrollando lo planeado, al comportamiento del público con respecto a las normas de seguridad e higiene?
-La cultura se ha tenido que reinventar y nosotros también, sabiéndonos adaptar a una nueva normalidad que no es normal, que no es a lo que estábamos acostumbrados. La cultura ha sufrido mucho y sigue sufriendo. El sector está preocupado y es normal. En cuanto a esas primeras actuaciones, lo que percibo es que la gente está siendo muy responsable. La respuesta está siendo muy positiva, con el público siendo muy respetuoso, guardando las distancias, siendo consciente de la situación en la que estamos. Somos muy responsables.
Todo se ha tenido que estructurar en muy poco tiempo, no siendo las prisas buenas consejeras en ningún caso, pero, ¿el resultado responde a lo que el departamento empezó a trabajar en abril?
-Absolutamente. Entre abril y mayo, empezamos a hacer un trabajo muy concienzudo y detallista con respecto a la desescalada. Se iban viendo y analizando los decretos del Estado y del Gobierno Vasco, adaptando cada paso. De hecho, tenemos un libro con todo aquello porque fuimos trabajando en diferentes escenarios. Todos los técnicos del departamento han sido valiosísimos. Y el sector cultural se ha portado estupendamente, nos ha atendido a todos los requerimientos y preguntas. Lo he dicho mil veces y lo repito, la cultura no va a ser la pagana de esta crisis. Hemos hecho una labor muy intensa, primero preguntando a todos los agentes qué situación tenían. Hemos realizado varias reuniones, también con el diputado general, hemos estado con los componentes del Plan Estratégico de Cultura, y a partir de ahí, hemos empezado a programar, estableciendo que todo el sector, independientemente de la disciplina, sintiese que estábamos trabajando para paliar, en la medida de lo posible, este gran problema. A día de hoy puedo decir que estoy muy satisfecha con esta labor.
En paralelo a la programación, como decíamos antes, está la parte referida a las líneas de ayuda que ha anunciado la Diputación. Se está a la espera de ir conociendo las bases, que en principio será más pronto que tarde.
-Muy pronto. Prácticamente en dos semanas estarán ya. Lo primero que hicimos fue pedir información de primera mano, llamar a cada agente, empresa, autónomo para conocer sus situaciones. Tenemos el dinero para ayudar pero vamos a ayudar sabiendo lo que es necesario. En lo que se refiere al deporte, que va a ser lo primero que se publicará, los clubes deportivos ya nos han transmitido esa información. El problema principal en su caso tiene que ver con el gasto corriente, que es algo que se repite en el mundo de la cultura. Así que vamos a sacar una ayuda para el gasto corriente por valor de 140.000 euros, que va a comprender el plazo temporal del 1 de enero hasta el 30 de junio, no desde el 14 de marzo, cuando se declaró el estado de alarma. Vamos a cubrir esos seis meses para dar un poco de aire a los clubes. Lo mismo vamos a hacer con respecto al sector cultural. En este campo, vamos a sacar tres líneas de subvención muy importantes. La primera, por valor de 325.000 euros, será también para cubrir las necesidades de gasto corriente -luz, agua, préstamos para pagar alquileres...- del 1 de enero al 30 de junio. Aquí, por ejemplo, también tenemos en cuenta el gasto en asesorías que está suponiendo la tramitación de los ERTE. Creo que esto se podrá aprobar el día 28, en el último Consejo de Gobierno, con la idea de poder abonar entre septiembre y octubre. La segunda subvención que vamos a sacar es una ayuda para pagar equipamientos porque muchas empresas han tenido que adaptarse en este sentido a la nueva situación y eso genera unos gastos. Y la tercera línea es un apoyo al gasto en infraestructuras, es decir, a proyectos que ya estaban planteados y que tienen que modificarse por la aparición del covid.
Además, se ha planteado la creación de bonos cultura y de un nuevo sistema de financiación público-privada.
-Así es. En el caso de los bonos, no es algo que ahora mismo tengamos tan desarrollado como lo que comentaba antes. Hoy hay tantas fórmulas parecidas, también en sectores como el turismo por ejemplo, que hemos decidido esperar un poco y sacarlos en el último trimestre de este año para no solaparnos. En cuanto a lo que se denomina matchfunding, vamos a hacer una primera prueba aunque espero que sea una fórmula que llega para quedarse. Se trata de favorecer la colaboración público-privada para que una serie de proyectos puedan trabajar en la búsqueda de financiación. Hablamos de micromecenazgo, para entendernos. La idea es que la Diputación aporte un euro por cada euro que sume la parte privada. Vamos a elegir seis proyectos, como máximo de 5.000 euros, y habrá que ver cómo funciona, aunque esperamos que tenga éxito para ayudar a los nuevos proyectos y a la innovación. Además, creemos que también es una forma de que el mercado de lo privado entre con nosotros para formar un buen tándem. Nos hemos basado en las experiencias del Ayuntamiento de Zaragoza y de la Diputación Foral de Gipuzkoa, que están teniendo mucho éxito.
El Ayuntamiento de Vitoria en su día ya intentó algo por el estilo pero se encontró que con en el ámbito empresarial no había respuesta.
-Lo sé, pero vamos a intentarlo. ¿Por qué otras administraciones han tenido tanto éxito y nosotros no vamos a conseguirlo? Es una apuesta y puede que un riesgo, pero vamos a intentar que el resultado sea positivo.
Pero el calendario no para y en septiembre habrá que empezar a pensar en los presupuestos para 2021. ¿Cómo se diseñan unas cuentas para un año en el que absolutamente nadie sabe qué va a pasar? ¿Hay que ponerse en el peor escenario posible, crear partidas muy genéricas que luego amoldar, o...?
-Nosotros, por ejemplo, tenemos un calendario a corto plazo en lo que se refiere a la programación, que llega hasta septiembre. ¿Qué hacer después? El problema es la indefinición, que no sabemos qué va a pasar. Pero eso no puede hacer que nos paremos. Ni podemos parar ni estancarnos. Por eso, estamos trabajando en tres escenarios. Por un lado, que volvamos al confinamiento con todo cerrado. Por otro, que estemos en un termino medio, es decir, que estemos como hace unas semanas, en una Fase 2 o en una Fase 3. O, por último, que nos encontremos como ahora. Por ahí tenemos que trabajar, teniendo en cuenta esas posibilidades. Para 2021 tendremos que adaptar partidas, hacerlas más generalistas... Porque no sabemos a qué nos enfrentamos. Lo que sí puedo asegurar es que la cultura no va a ser pagana, la cultura va a estar. La sociedad tiene que saber que para todos nosotros es un bien de primera necesidad. ¿Qué hubiéramos hecho sin la cultura en el confinamiento? En el presupuesto, tenemos que cambiar el concepto de partida nominativa para ir a algo más general. Y ya estamos trabajando en ese sentido. Nos pasa lo mismo con el deporte escolar.
Hace pocos días se cumplió el primer año de su toma de posesión. En ese momento seguro que llegó al cargo con unas ideas, expectativas y líneas de actuación que el covid-19 ha transformado. ¿Qué no ha podido llevar a cabo?
-Se han quedado atrás varias cosas. De hecho, las estrategias que teníamos marcadas hemos tenido que adaptarlas, volviendo a empezar casi desde el principio. Cuando pasa algo así, cuando llega una pandemia que se traduce en una cuestión sanitaria muy grave, te planteas: ¿qué hago aquí? Lo que sí tengo claro es que hay muchas formas de gobernar y que las administraciones públicas somos muy necesarias. Sobre esto, el objetivo primordial es que nadie se quede atrás, que es para lo que estamos trabajando. ¿Qué me he dejado atrás? Por ejemplo, queríamos hacer un Plan Estratégico mucho más completo y que involucrase a más servicios. O en el deporte queríamos darle una vuelta para trabajar en la multideportividad mucho más que en el campeonato. Y... bueno, teníamos varias líneas principales bien estructuradas y organizadas. Pero eso se ha quedado en el limbo. Igual que el acto que íbamos a hacer para reconocer a los músicos de Álava. O... Tantas cosas. Pero bueno, llega esto y hay que volver a empezar. Y lo hacemos marcando objetivos a corto plazo porque no podemos ir más allá. Pero siempre teniendo en cuenta que no podemos permitir que el mundo de la cultura sufra tanto.
¿Pero se puede responder a todos?
-Hay que intentarlo. Evidentemente me encantaría tener un dinero infinito para responder a todos. Eso no va a ser. Vale, igual no llegamos a todos, pero sí a la gran mayoría.
Durante estos meses de covid-19 se ha conocido también la sentencia por el caso de Iruña-Veleia, un yacimiento cuya imagen, por esta cuestión, ha quedado muy dañada.
-Nuestra obligación es sacar adelante Iruña-Veleia. En este momento estamos ya cerrando el Plan Director y hay que hacer uno nuevo. Habrá noticias pronto porque estamos en ello. Hay que poner en valor este yacimiento, que es buenísimo y maravilloso. No hemos sabido hacerlo bien, eso está claro. Algo ha faltado ahí pero estamos en darle la vuelta a eso. Es un objetivo prioritario para nosotros.
Vuelvo un poco al principio de la entrevista. ¿Qué está aprendiendo tanto en lo político como en lo personal de toda esta situación?
-He aprendido varias cosas. Primero que somos flor de un día. He tenido muy cerca el coronavirus. Algún colaborador directo ha estado más de 25 días a punto de... y he tenido a gente muy cercana que ha fallecido. Segundo, lo importante que es la capacidad de reinventarnos, de decir: no puedo rendirme porque hay mucha gente que depende de mí. Y tercero, que tenemos que ser mucho más responsables. Estamos ante una situación muy difícil y no sabemos lo que nos viene. Estoy muy preocupada por el invierno. Vamos a ver qué va pasando, pero sí me gustaría pedir que todos hagamos caso a las recomendaciones sanitarias.
"Tenemos el dinero para ayudar al sector cultural de Álava, pero vamos a ayudar sabiendo lo que de verdad es necesario"
"Con el 'matchfunding' vamos a hacer una primera prueba en la que la Diputación aportará un euro por cada euro que se sume desde lo privado"
"El objetivo primordial es que nadie se quede atrás a causa de la pandemia, es en lo que estamos trabajando"