- Es hora de volver a encontrarse con el público y, además, hacerlo con un estreno y con un nuevo proyecto, más allá de que detrás de él se encuentren caras bien conocidas de la escena. Los intérpretes David Gutiérrez e Iñigo Salinero han conformado la compañía alavesa Gag Street Boys, que el próximo 3 de julio en Izarra pondrá de largo su primera producción, un Yes, we art que cuenta con la dirección de Eloi Beato. La censura, y también la autocensura, en la creación artística centra la mirada en clave de humor con la que los espectadores podrán disfrutar desde las 20.00 horas.

Será el primer paso de una gira que se está construyendo estos días, aunque ya tiene bastantes fechas confirmadas en diferentes puntos de Euskal Herria. “Trabajo está saliendo lo que es muy importante tanto por el aspecto económico como por la propia evolución de la obra”, apunta Beato. De momento, la pieza se podrá ver el 6 de julio en Otxarkoaga, el 13 en Deusto y el 16 en Lasarte-Oria. En el caso de Álava, a falta de cerrar la fecha de Vitoria, el espectáculo acudirá el 2 de agosto a Laudio, el 15 a Zigoitia y el 20 a Kuartango. Además, en septiembre y octubre la compañía también acudirá a Arrigorriaga y Leioa, localidades en las que, si no hubiera hecho acto de presencia el coronavirus, se hubiera visto por primera vez la producción, que está contando, además, con el asesoramiento de la coreógrafa y bailarina Arantxa Gago y el mago Asier Kidam.

Con escenografía de Néstor Corral (Tatuajes Néstor), el montaje está protagonizado por dos operarios que están terminando de montar la máquina del arte, mecanismo preparado para que quien se adentre en él “sufra una descarga de musas” sacando “el artista que todos llevamos dentro”. Con todo ya montado, uno de los protagonistas decide entrar para ver qué pasa. “Tocamos diferentes expresiones artísticas como la pintura, la música, la danza, el teatro, la magia…, pero aparece la censura, y con ella la autocensura, haciendo que la máquina corra peligro de colapsar. El mensaje que queremos transmitir, todo en clave de humor, es que para crear hace falta libertad. Para el arte, la censura es nociva. Es un virus” señala el director. “Como la cosa está tan mal y hay que ser tan políticamente correcto para no decir nada que ofenda a alguien, queríamos entrar en ese debate, pero todo entre risas, para que la gente sea consciente del momento en el que estamos”.

En este sentido, Beato describe que “con la censura, sabes contra quién tienes que luchar, pero cuando el propio artista se corta porque la gente, o mejor dicho el político de turno, no le va a comprender, se produce una situación todavía más peligrosa. Que los artistas nos autocensuremos es un drama que afecta más de lo que parece a la profesión”. Sobre estos parámetros se articula la propuesta ideada en un inicio por Gutiérrez y Salinero, dos actores que “son muy diferentes y vienen de corrientes teatrales distintas. Eso viene bien a la función”, una obra en la que uno de ellos da vida a un personaje “más mayor y conservador, mientras que el otro se mete en la piel de una persona más joven y progresista”.

Por su puesto, el camino estos meses ha estado marcado por la aparición de la pandemia. Intérpretes y director tuvieron que dejar en marzo el grupo de trabajo que habían formado, sirviéndose de Montehermoso como sede, para dar forma definitiva al guión. Hasta el pasado 22 de mayo no pudieron volver a ponerse manos a la obra, ensayando en un pabellón de Oreitiasolo. “Retomarlo no ha sido fácil, pero está mereciendo la pena”.

La pandemia interrumpió la elaboración del guión y el inicio de los ensayos, por lo que las últimas semanas están siendo muy intensas

Dentro de la gira preparada, el montaje volverá a Álava a lo largo del verano con citas en Laudio, Zigoitia, Kuartango y Gasteiz