n un momento de paralización total de las competiciones, el mundo habla de Michael Jordan, leyenda del baloncesto retirado hace 17 años.
El último baile, documental sobre su último año en el Chicago Bulls, es el último éxito de un género en auge porque “aporta verdad”, explican a Efe varios creadores.
Michael Jordan, Scottie Pippen, Dennis Rodman o el entrenador Phil Jackson han vuelto a las conversaciones de los aficionados al hilo de una serie documental producida por el canal ESPN y emitida por la plataforma Netflix, que adelantó su estreno a este pasado mes de abril para coincidir con este periodo de confinamiento sin competiciones en directo.
Su estreno congregó una media de seis millones de espectadores en Estados Unidos -el mejor registro de un estreno de este tipo de formato- mientras que en Netflix se convirtió en el documental más visto a nivel mundial y uno de los veinte contenidos más reproducidos por los usuarios de la plataforma en el planeta.
El de Jordan no es sino el último eslabón de una cadena, la del documental deportivo, muy fértil en los últimos tiempos: F1: Conducir para sobrevivir, Six Dreams, All or Nothing: Manchester City, Luis, el sabio del éxito, son solo algunos ejemplos de una corriente que ha ganado protagonismo, y que se ha fortalecido con la ausencia de competiciones.
Justo en el inicio del confinamiento, como consecuencia de la pandemia del covid-19, se estrenó también en Netflix la serie documental El día menos pensado, un recorrido de seis capítulos sobre la pasada temporada del Movistar Team de ciclismo, dirigido por José Larraza, un veterano del género que participó durante una década en Informe Robinson, presentado por el recientemente fallecido Michael Robinson y estandarte del género en la televisión española de los últimos tiempos.
“Cuando empezamos con Informe Robinson, un documental de temática deportiva mensual era una anomalía”, admite Larraza en una conversación.
Mucho han cambiado las cosas desde entonces, hasta el punto que todos esos programas han tenido mucho recorrido posterior, gracias al visionado bajo demanda.
Su último proyecto fue acompañar al equipo Movistar durante toda una temporada, retratando desde dentro -incluyendo el coche del director, las habitaciones de hotel, los masajes- la situación de un equipo ciclista que ganó un Giro de Italia con el ecuatoriano Richard Carapaz, que vivió decepciones en el Tour de Francia y peleó hasta el final la Vuelta a España para Alejandro Valverde.
“Un documental de este tipo es un viaje durante un periodo de tiempo en la vida de una persona o un equipo, el espectador busca ser partícipe y esto tiene a su favor que es real. Si encuentras las condiciones de una serie en algo real, si ves que es verdad, tiene una fuerza enorme”, opina Larraza.
Para el ejecutivo de Telefónica, el documental deportivo está “seguramente en su mejor momento”, no solo por la calidad, sino por la diversidad de propuestas. Aunque advierte del peligro de hacer un tributo que solo destaque lo mejor del personaje en cuestión. “Cuanto más pegado a la realidad, más posibilidad de éxito”, puntualiza.
Si ha habido un documental que ha sacudido la actualidad del deporte español en los últimos años, este fue sin duda La decisión, el audiovisual que el delantero francés, Antoine Griezmann, protagonizó para anunciar en el verano de 2018 que seguiría en el Atlético de Madrid pese a los rumores que lo situaban en el Barcelona, club por el que fichó un año después.
“Surgió de una reunión informal, vimos un ejemplo en Estados Unidos, donde se documentaba un traspaso de Isaiah Thomas. A Antoine le pareció una gran idea documentarlo (...) Es verdad que fue algo súper diferente, muy impactante, y habla un poco de la peculiaridad del personaje, alguien hermético que decidió mostrar la realidad de cómo había pasado para desmentir muchas cosas que se habían contado”, explica Héctor Fernández, que coordinó aquel filme.
Dejando entrar a las cámaras en su casa, en sus reuniones familiares o grabando las negociaciones por teléfono, el delantero francés pudo establecer un relato audiovisual de ese proceso con el que dio a conocer su continuidad en el club colchonero.
“En el periodismo deportivo hubo una etapa de mucha cercanía entre el protagonista y el periodista, y ahora esa distancia es sideral. Un contenido como este no es como una entrevista, no puedes responder con tópicos, en un documental sabes que te tienes que desnudar. Porque si lo que transmites no es real, a la gente no le va a interesar. Tiene que tener verdad”, reflexiona Fernández.
El caso de Griezmann revela otra circunstancia: los documentales no solo gustan a los espectadores, sino que cada vez atraen más a sus protagonistas, los deportistas.
Cuenta José Larraza que una vez Informe Robinson se consagró, comenzaron a recibir el interés de muchos deportistas de élite para hacer reportajes con ellos. “Se han dado cuenta de que son una marca tan fuerte como un club, han buscado formas para promocionarse y una es esta”, explica el director venezolano Henry Querales, responsable artístico de La decisión.
No solo Griezmann, sino que el realizador latinoamericano dirigió piezas documentales para anunciar la vuelta al baloncesto de Álex Abrines, el fichaje por el Athletic de Ibai Gómez, o la salida del Atlético del defensor uruguayo Diego Godín.
Para él, el interés de los espectadores por este género tiene que ver con que les permite “conectar” con el deportista no por su juego, sino por su personalidad. “Viendo El último baile, entiendes que Jordan era un tipo súper competitivo. Eso es lo que el espectador consume, la realidad del jugador”, añade. ¿Seguirá el público fiel a los documentales deportivos cuando regrese el deporte en directo? Larraza cree que aunque ahora el consumo “se ha disparado”, los documentales tienen “un largo recorrido por delante” porque el consumo se ha diversificado. “El documental ha llegado para quedarse, a la gente le interesan las buenas historias deportivas”, sentencia Héctor Fernández.