- "Es un proyecto que empezó un poco verde" recuerda con una sonrisa Yone Estivariz, aunque en estos últimos meses, Gu, latxa le está deparando un buen número de buenas noticias. "Ahora me está dando mucho". El pasado mes de febrero, la fotógrafa gasteiztarra compartió por primera vez con el público una propuesta que todavía no está cerrada. Lo hizo desde las paredes de ARTgia, dentro del programa que el espacio de la calle José Lejarreta tiene para apoyar a las mujeres artistas alavesas, EmART. Una pena, eso sí, que las buenas sensaciones generadas durante esas semanas de exposición se vieran un tanto mermadas por el covid-19 ya que el confinamiento obligó a cerrar la sala tres días antes de la clausura de la muestra. De todas formas, durante estas jornadas, la creadora está tomando parte con otros trabajos en la galería virtual #ARTdemia.

Pero ese final injusto para con el camino de la exposición se ha visto recompensado en este mes de abril, sobre todo porque Estivariz ha sido una de las ocho creadoras finalistas de la quinta edición del Baffest, festival que se celebra en Barakaldo centrado en la fotografía hecha por mujeres. Esto llevará Gu, latxa a las calles de la localidad vizcaína, donde se mostrará, si la situación con el coronavirus no lo impide, a lo largo de octubre. "Ver cómo reaccionará el público en un espacio diferente y abierto como es la calle va a ser un reto muy interesante", apunta la autora, que prefiere no plantearse ahora la posibilidad de ganar el certamen. "Los reconocimientos están bien, sobre todo porque te ayudan a seguir creciendo. Y el hecho de ganar supondría tener una alegría mayor de la que ya tengo, pero tampoco es mi meta". De hecho, recuerda que ya el año pasado se presentó y se quedó a las puertas del último corte. "Me llevé un pequeño chasco porque, al final, le pones mucha entrega y pasión. Pero esta vez me había presentado porque me apetecía hacerlo y ya está, sin esperar nada, así que la alegría al recibir la llamada fue enorme".

A eso se ha sumado que, también gracias a este proyecto, la creadora ha conseguido una de las tres becas concedidas por CFC Bilbao para el próximo curso, que le permitirá hacer un máster de fotografía documental. "Me apetece mucho hacerlo sobre todo por organizar las ideas, no tanto por una cuestión técnica. Además, va a suponer estar en contacto con diferentes profesionales de la fotografía. Al final, estamos en una profesión bastante solitaria y la posibilidad de compartir muchas veces es escasa".

De todas formas, la senda no se detiene. "Sigo construyendo. Tengo lana de las ovejas en casa y estoy haciendo como artefactos de una manera más escultórica. Estoy probando, no sé si esto me conducirá al final a algo concreto", describe, al tiempo que apunta que, si puede, entre el final del otoño y el invierno volverá a Urkabustaiz, a encontrarse con los animales y la familia que le están sirviendo para dar forma a "un trabajo de antropología costumbrista" que le sirve para hablar de la identidad de un territorio, de una labor que es al mismo tiempo una forma de vida, de una zona rural que ahora se califica de vaciada, de...

La actividad, por tanto, no para. Y no deja de sumar alicientes para la trayectoria de una Yone Estivariz que también destaca el papel de la mujer de la fotografía. "Es muy importante que se nos vea".