Madrid - Gracia Querejeta, una de las cineastas españolas actuales más consolidadas, asegura que le “chirría” que, por ser mujer, en las ayudas al cine le den más puntos que a Fernando León o Enrique Urbizu, aunque valora positivamente la medida del 35% para directoras jóvenes.

“Si a mí me dan más puntos que a Mariano Barroso o a Fernando León me da vergüenza, me chirría un poco porque ya tenemos unas carreras y cada cual habrá pasado sus dificultades, o Urbizu o Álex de la Iglesia, es absurdo que me vayan a proteger más que a ellos”, dice Querejeta en una entrevista con motivo del estreno de su nueva película, Invisibles. Responde así a la decisión de Gobierno de reservar un 35% de las ayudas al cine para mujeres directoras para compensar su infrarrepresentatividad: sólo en torno al 10% de las películas de ficción que se estrenan al año las dirigen mujeres. “Es una medida necesaria para que llegue un día en que no se necesite”, ha subrayado. “Nadie quiere tener una subvención por ser mujer, queremos igualarnos con los hombres, pero si hace falta, pues hace falta, aunque yo creo que sobre todo para gente más joven”.

Protagonizada por Emma Suárez, Adriana Ozores y Nathalie Poza, Invisibles, que llega el viernes a los cines, es un proyecto muy personal que aborda las vidas de tres mujeres que han superado la cincuentena y la sensación de pasar desapercibido ante los demás a partir de esa edad. Originalmente era un proyecto de serie, pero fue imposible de sacar adelante y, junto a Antonio Mercero, Querejeta lo reconvirtió en guión de cine. “Tampoco fue fácil de levantar, pero de pronto hace un año y medio eclosionó y el ICAA y TVE quisieron entrar en la película”, afirma. Además, adelanta, el proyecto de serie ha vuelto sobre la mesa.

un reflejo distorsionado La película transcurre como una sucesión de encuentros y diálogos de las tres protagonistas en un parque, donde cada jueves se citan para pasear, y aborda cuestiones como la brecha salarial, la decadencia física o la dependencia emocional. “Son tres mujeres anónimas, sin grandes aventuras, que se esfuerzan por vivir y superar sus conflictos, pero que se miran en el espejo y quizá el reflejo que ven no es el de quien les gustaría ser”, explica Emma Suárez. Nathalie Poza va más allá: “Es muy valiente contar una historia sin el triunfalismo o heroicidad a la que estamos acostumbrados, yo me he sentido muchas veces así en mi vida, no hace falta tener 50 años para sentirse invisible, le puede tocar a mucha gente”. Es una película “desnuda”, añade Ozores, tanto a nivel técnico como de contenido, sin nada que lo adorne.

Suárez interpreta a una mujer que ha sido una triunfadora en su empresa, pero ya no lo es y eso le provoca “inseguridad”, según explica la actriz, mientras Ozores es “la amiga más hosca, excesivamente sincera”, y Poza la más dependiente “apegada a sus amigas y con mucho miedo a estar sola”.