Vitoria - Pueden ser fornituras de plástico. O lápiz. O látex. O papel de fotomatón. O cinta adhesiva. O... Todo sirve. Desde Who knows, who cares? hasta Made in heaven’s heaviness -las dos obras del cambio de siglo que abren y cierran el recorrido- queda claro que cualquier herramienta puede estar al servicio del imaginario de Gema Intxausti. Pero más allá de los utensilios -aunque no hay que perder de vista el significado de su uso-, la artista vizcaína presenta en Artium hasta el próximo 20 de septiembre una propuesta que tiene a la oralidad como eje vertebrador.
Bajo ese parámetro, la autora propone en Entre la multitud, observando el arresto un amplio abanico creativo que si bien cuenta con piezas del siglo anterior, recoge una parte importante de sus últimos años de producción, construyendo una muestra en la que salen al encuentro del visitante piezas construidas con el dibujo, la palabra, la literatura -destacando el relato Who do you think you are?- y la esencial relación con el lenguaje cinematográfico que impregna buena parte de lo propuesto.
A la vista del resultado final, ella misma respira tranquila, no sin antes admitir que ésta es “la primera vez que expongo en un museo y tenía mucho miedo”, una sensación por fortuna desaparecida y no del todo real puesto que su obra ha sido parte de exposiciones colectivas en San Telmo o el Bellas Artes de Bilbao, por ejemplo. Sí es cierto, y esto no deja de sorprender, que la de Artium es su debut individual en un espacio de estas características, lo que no deja de ser ilógico para una artista reconocida y premiada en distintas ocasiones.
Como para casi todo hay remedio en esta vida, es en la capital alavesa donde la creadora de Gernika-Lumo rompe esa frontera que le quedaba, un paso que no solo da con la exposición, puesto que también mantendrá un encuentro con el público que desee acompañarla el próximo día 12 a partir de las 19.00 horas. Ya sea en ese momento o en otro, desde hoy se puede acceder a un recorrido que exige mirar más allá, que está repleto de guiños en los que detenerse, que se nutre de colecciones públicas, como la del propio Artium y también privadas. Y ello sirviéndose de la arcilla. O del celo. O del nailon. O de la tinta. O del grafito. O de la brillantina. O del rotulador. O de listones de pino. O...