Un regreso histórico. Lleno en todos sus conciertos. El regreso de los alaveses La Polla Records no ha podido tener mejor recibimiento. Valencia, Madrid, Barakaldo y Barcelona fueron los escenarios de una vuelta histórica que va a tener su continuación en 2020, con nuevas actuaciones tanto en el Estado como al otro lado del Atlántico. Los de Agurain están en lo más alto. Foto: Alex Larretxi

El Azkena vuelve a arrasar. Stray Cats, Wilco, The Cult, Tesla, Philip H. Anselmo, Surfbort... configuraron el pasado mes de junio la decimoctava edición de un Azkena Rock Festival que no sólo reunió a más de 36.000 almas en Mendizabala, sino que además acabó con todos los abonos para 2020 puestos a la venta en el recinto. El mayor evento del territorio está mejor que nunca. Foto: Pilar Barco

Puede que para otros, los efectos de la crisis económica anterior sean cosa del pasado, vaya a llegar o no otra desaceleración o como se le quiera denominar. Pero en el caso del sector cultural alavés, el enfermo sigue esperando en planta a que, de verdad, una de las tres patas que lo sustentan se decida de una vez a sumarse a la recuperación definitiva. Desde lo privado y lo asociativo se siguen queriendo dar pasos hacia adelante, aunque a veces se encuentren piedras en el camino que son insalvables y que se traducen, en los ejemplos más prácticos, en el cierre de la galería enebada! y en la inminente clausura de la librería Jakintza. El dinero manda. Pero ese ímpetu no está encontrando un reflejo en la acción de lo público, que no sólo no termina de encontrar políticas y presupuestos a la altura, sino que además en ocasiones se empeña en meterse en laberintos que no tienen salida, como el polémico intento de regular hasta casi prohibir los conciertos en bares.

Tal vez la reacción social que se produjo ante esa normativa sea una de las mejores noticias que deja un 2019 en el que varios proyectos han quedado en suspenso a la espera de saber qué sucederá en 2020. Es el caso del festival de nuevos lenguajes escénicos inTACTO -que sigue a la espera de que las instituciones pasen de las palabras a los hechos-, del certamen de música electrónica contemporánea Mugako -aunque parece que algo se está moviendo para que viva una nueva entrega en la capital alavesa en torno a Semana Santa-, del Gasteiz Calling y de algunas propuestas más que, por una cosa o por otra, o han desaparecido o se encuentran en un limbo que, en el caso de la cultura, casi siempre es peligroso porque no es nada fácil volver de él.

Con todo, también en estos meses o se han puesto en marcha o han cumplido su primer año completo iniciativas empresariales como Vinylora y Art Box, y apuestas públicas como el nuevo teatro de Kuartango, sin perder de vista las buenas noticias que está dejando el sector audiovisual del territorio, donde esas tres patas antes mencionadas sí parecen más dispuestas a colaborar, aunque quede mucho margen de mejora. Los estrenos de La pequeña Suiza, Vitoria, 3 de marzo y El silencio de la ciudad blanca, los rodajes de Baby, Ane y Begirada, la imparable realización de cortos, la apuesta por crear desde aquí la serie de animación Memorias de Idhún, la nueva normativa foral que, en el plano fiscal, se va a aplicar para atraer rodajes... hablan de un área de la creación que está queriendo consolidar músculo, más allá de que falte una industria con cimientos más fuertes. Además, 2020 puede arrancar con los Goya a Karra Elejalde y Ainhoa Santamaría, en ambos casos por Mientras dure la guerra.

Galardones también ha habido en 2019. Es el caso de la Catedral Santa María, que ha recibido el Premio del Patrimonio Arqueológico Europeo. O del Dazz, cuya programación musical ha sido puesta en valor con el Premio Jazz BBK. Todo en unos doce meses en los que los Martes Musicales han empezado a celebrar su 30 aniversario; en los que la Escuela Municipal de Música de Dulantzi ha soplado 25 velas siendo sede además de la fiesta de las escuelas de música de Euskal Herria, Musikaldi; y en los que ¶espazioa y el mercado de dibujo e ilustración Mazoka han celebrado su primer lustro.

Con grupos y artistas de distintas disciplinas artísticas haciendo camino también en el extranjero -sigue siendo incomprensible que Gala Knörr haya tenido en 2019 su primera exposición individual en Nueva York y todavía no haya podido mostrar su trabajo en su ciudad natal-, estos doce meses también serán recordados por la multitudinaria vuelta de los alaveses La Polla Records, un regreso que va a seguir en 2020 -ojo a las sorpresas- a este lado y al otro del Atlántico. Una pena que no haya podido pasar lo mismo con los gasteiztarras Hertzainak, más allá de los conciertos que fuera del territorio han dado de manera conjunta Gari y Josu Zabala.

Mientras todo eso ha sucedido, en el plano político todo ha seguido igual, llegando a un punto que empieza a ser anodino. Los distintos debates y supuestos proyectos sobre continentes que nunca terminan de concretarse siguen marcando unos discursos que no van mucho más allá, mientras voces de los ámbitos privado y asociativo siguen reclamando a las administraciones que bajen a la arena y se remanguen de verdad. Habrá que ver si 2020 es el año del cambio.

Pantalla iluminada. Este año que ahora termina ha visto la llegada a la gran pantalla de La pequeña Suiza (Kepa Sojo) y El silencio de la ciudad blanca (Daniel Calparsoro), pero también ha asistido al rodaje de nuevos largometrajes con Álava como escenario. Es el caso de Baby, lo próximo de Juanma Bajo Ulloa, de Ane, la primera película de David P. Sañudo, y del filme colectivo Begirada. Además, se está a la espera de que los documentales Bidean Jarraituz y Ion, pasión y rebeldía vean la luz. Asimismo, 2019 ha terminado con las nominaciones de Karra Elejalde y Ainhoa Santamaría para la próxima edición de los Goya, mientras toman cuerpo nuevos proyectos. La gran pantalla alavesa sigue dando buenas noticias. Foto: Alex Larretxi

Por fin Viñaspre. Fue el pasado 30 de marzo cuando el Principal, como sucede cada dos años, asistió a la final del Campeonato de Bertsolaris de Álava. Tras mucho tiempo acariciando la txapela, por fin Iñaki Viñaspre se hizo con ella, una noticia muy celebrada por los aficionados, que a lo largo de esta última edición del certamen pudieron volver a comprobar que el cambio generacional en el bertso alavés camina cada vez con más fuerza. Por cierto, el territorio va a comenzar 2020 -más allá del ya tradicional encuentro en Amurrio Antzokia de los primeros espadas de Euskal Herria- con la celebración el próximo 18 de enero en Aramaio del quincuagésimo primer Bertso Eguna, con una completa programación de citas especiales. Foto: Jorge Muñoz

Un cuarto de siglo muy celebrado. Para celebrar los 25 años de andadura de la Escuela de Música de Dulantzi, la localidad fue el escenario a mediados del pasado mes de mayo de la última edición del Musikaldi, que consiguió reunir a más de 2.500 estudiantes de medio centenar de escuelas vascas de música. Diferentes puntos se llenaron con sus sonidos y coreografías. Foto: Pilar Barco

Primer año de la nueva etapa. La cuadragésimo tercera edición del Festival de Jazz de Vitoria no ha sido una más, sino la primera, tras cuatro décadas, con nuevos responsables al frente, liderados por Iñigo Zárate. Los primeros cambios se han hecho notar, aunque todavía queden por dar pasos para enderezar un camino un tanto torcido en los últimos tiempos. Foto: Pilar Barco