Su lenguaje es el fotográfico. Su objetivo pasa por visibilizar a quienes no tienen voz y se encuentran en situaciones desfavorecidas y de desigualdad. Sobre esas dos bases, el colectivo reBelando se ha dado a conocer este año, desarrollando su primer proyecto, un trabajo con el retrato como herramienta y la posición de la mujer en la sociedad actual como eje temático. Tras la popular y muy concurrida sesión de fotos que sus integrantes llevaron a cabo el pasado 8M en el centro de la capital alavesa, llega ahora el momento de redondear el camino con la apertura de la exposición Visibles. Todos los días son 8 de marzo, que desde el próximo día 15 va a poder ser visitada en el Polideportivo Landederra de Elburgo.
En concreto, la muestra -que cuenta con la colaboración “plena” del Ayuntamiento de la localidad- se inaugurará justo dentro de una semana a las 12.00 horas, acto que se acompañará con un recital poético ofrecido por la escritora Ángela Serna, que contará con la colaboración del guitarrista Ricardo Urrutia y el violinista Nika Bitchiashvili. A las palabras y los sonidos se le unirá, además, una pequeña intervención protagonizada por los integrantes del colectivo, que completarán de esta forma una de las áreas de la propuesta expositiva. “No queremos que se diga: qué bonita, o no, es esta o aquella foto. Lo que buscamos es que la gente que venga a compartir la muestra encuentre en ella un paso más hacia la igualdad, un compromiso que no se queda sólo en una fecha”, explican Susana Camoeiras Ruiz, Silvia Díez Menéndez, Lorea Morlesin Mellado, Pako Serna Rodríguez y Jon Vallejo Narraspe.
Esas intenciones se concretarán en las distintas partes que conformarán la exposición -que también cuenta con la aportación de la Diputación a través de Laia Eskola-, cuyo primer foco de atención estará compuesto por una quincena de retratos individuales “colocados de forma simétrica” de otras tantas mujeres, personas de distintas edades, procedencias, clases sociales... “Son 15 universos diferentes”. Junto a ello, evocando el carácter reivindicativo del 8M, se generará “un espacio más informal” compuesto por cinco siluetas a tamaño natural portando cada una su pancarta, en la que se ubicarán más fotografías.
Habrá un tercer área que se terminará de construir durante el mencionado acto de apertura, en el que, por cierto, se habilitará un espacio para los más pequeños, que podrán componer puzles con algunas de los retratos. “En la entrada del Ayuntamiento de Elburgo hay una escultura que representa el auzolana; a nuestra manera, vamos a hacer un guiño a esa imagen, construyendo un bosque” de instantáneas durante la lectura de poemas. No quedará ahí la cosa, de todas formas, porque se llevará a cabo un mosaico de unas 24 fotos que se quedará colocado de forma permanente en el polideportivo como recuerdo de la exposición y para visibilizar la igualdad los 365 días del año. Además, al finalizar la inauguración, el colectivo realizará, con una cámara polaroid, retratos de los asistentes, que se pondrán en un tablón en el que el público podrá plasmar sus impresiones, como ya se pudo hacer el 8M en los libros habilitados en las carpas instaladas en la plaza General Loma, páginas que, asimismo, van a ser parte de la muestra para que la gente que así lo desee, pueda seguir escribiendo. “Y vamos a preparar libretos de 16 páginas con más fotos para, por lo menos, poder dar a quienes vengan a la inauguración”.
Todo ello conformará una ambiciosa propuesta que, como no podía ser de otra manera, estará abierta al público hasta el próximo 8 de marzo de 2020, una exposición que, a pesar de utilizar un buen número de los retratos llevados a cabo por el colectivo el pasado 8M, no es más que una pequeña selección de todas las imágenes captadas en aquella intensa, emocionante, exigente y larga jornada.
Recuerdo vivo De hecho, en cuanto se les pide recordar ese día, a los cinco se les ilumina la cara. “Ha dado mucho más trabajo todo lo que ha venido después que lo que sucedió a lo largo de esas horas. Fue una jornada muy divertida” en la que el colectivo instaló sus cámaras en plena plaza General Loma, generando un doble espacio. En el primero, se informaba a las personas que querían participar en la iniciativa sobre los detalles del proyecto y se les pedían tanto los datos para después enviarles sus imágenes como la firma de un consentimiento para poder utilizar las instantáneas en una futura exposición. En el segundo, estaba montado el efímero estudio fotográfico en el que, en principio, sólo se iban a tomar retratos individuales de medio cuerpo.
“Fue un día muy emocionante. Claro que esperábamos una respuesta determinada pero en ningún momento nos llegamos a imaginar lo que pasó, el alcance que tuvo todo. Tal vez al principio nos desbordó un poco pero supimos tomarnos las cosas con tranquilidad” y amoldarse a las circunstancias, lo que se tradujo, por ejemplo, en hacer retratos también a grupos. “Vino gente de todas las edades, familias, cuadrillas de amigas... personas que incluso querían salir con sus animales porque iban con ellos a la manifestación”, recuerdan. Se sucedieron las anécdotas -desde la señora que les fue a echar la bronca por escribir mal reBelando hasta quien les confundió con un puesto de Podemos por ir de morado-, las caras, las charlas “emocionadas”... “pero estábamos muy bien organizados, cada uno tenía su papel” y aunque los integrantes del colectivo acabaron “agotados” en realidad, “queríamos quedarnos más tiempo”. Es más, se fueron a Txagorritxu porque el personal del Servicio de Urgencias les había pedido participar en la iniciativa pero no podía acudir hasta el centro de la ciudad.
Aunque es imposible que los números consigan trasmitir lo vivido ese día, hasta el momento ya han hecho llegar a sus protagonistas un total de 588 retratos individuales, más allá de que “las fotos que tenemos hechas rondan las 1.500”. Las imágenes han sido visionadas en varias ocasiones, estudiadas, estructuradas... “Es un trabajo que ha exigido mucho tiempo y compromiso”, lo que se ha traducido también en que tres personas que estaban al principio del camino ya no se encuentren en él.
Más allá de esa circunstancia, los cinco componentes del colectivo no han parado en estos meses para responder a los compromisos adquiridos con las personas participantes en aquella jornada -“lo mejor es que nos han llegado varios agradecimientos”- y con la realización de la muestra que se inaugura en siete días. “Somos fotógrafos y, por supuesto, teníamos claro que la muestra debía tener una calidad. Pero el objetivo básico es transmitir lo que se estaba viviendo en esa jornada. No queríamos retratos de estudio perfectos. Para nada”, explican.
De todas formas, la rueda no para y los cinco integrantes de reBelando tienen la mirada puesta de manera paralela en el próximo año. “La idea es en 2020 poder profundizar en esta línea. Y estamos pensando de cara al 8M poder plantear otra iniciativa. Queremos conectar momentos, lo que hicimos en 2019 y lo que vamos a hacer en 2020, pero también queremos conectar lo rural con lo urbano, y a los distintos colectivos que están trabajando por la igualdad”. La idea está en marcha pero todavía quedan detalles por cerrar. Paso a paso.
Con el estudio en General Loma. Poco antes de las diez de la mañana del pasado 8 de marzo, las personas que integran el Colectivo reBelando instalaron su particular estudio fotográfico en la plaza General Loma. En principio, la idea era hacer retratos individuales, pero se terminó por hacer también fotos de grupos. Todas las personas participantes firmaron un consentimiento para la posible utilización de sus imágenes en una muestra posterior, como la que ahora está a punto de abrirse. Además, dieron sus datos de contacto para recibir cada uno su retrato. Ya se han enviado un total de 588 individuales, aunque las fotos que se hicieron superan las 1.500.
En Urgencias de Txagorritxu. A últimas horas de la tarde de aquel día, el colectivo se trasladó también a Txagorritxu para hacer más retratos puesto que desde el Servicio de Urgencias se quería participar en la iniciativa pero no se podía ir a General Loma.