Vitoria - Tras la visita el pasado septiembre del artista berlinés Jeremy Wade, el proyecto danZálava retoma este fin de semana su camino formativo de la mano de la bailarina y coreógrafa Mónica García, quien además, como suele ser habitual dentro del programa impulsado por Altraste Danza, también se encontrará con el público que este sábado se quiera acercar a Artium, aunque en esta ocasión el formato va a ser un tanto distinto al de ocasiones anteriores.

En concreto, la cita de acceso gratuito se producirá a las 18.00 horas y contará con dos partes. En la primera, se proyectará la película Con el viento, un filme de Meritxell Colell que el año pasado se estrenó en la Berlinale. “Ella quería hacer una película en la que la frontera de la ficción y el documental fuera permeable” para abordar una “vuelta a las raíces”. El título, que sigue su camino por festivales a día de hoy tras pasar también por las salas comerciales, “fue toda una experiencia también por el hecho de que me sirvió para ver la diferencia entre el lenguaje cinematográfico y de las artes escénicas”, explica la creadora, que está inmersa en otro proyecto similar con la realizadora. De todo ello hablará en la segunda parte, en el encuentro que se producirá con los espectadores, una charla abierta en la que también abordar otras cuestiones relacionadas con la danza.

De hecho, este tipo de conversaciones con artistas es algo que danZálava intenta favorecer para acercar la danza contemporánea a los diferentes públicos, derribando tópicos y prejuicios. En este sentido, García apunta que “tanto políticas como performers tenemos que seguir trabajando y hacerlo juntas para que la barrera sea cada vez más permeable. Las políticas culturales tienen que beber de manera constante de las gentes que nos dedicamos a esto a pie de obra, observando también lo que se está haciendo fuera, funciona y podemos amoldar”.

De todas formas, ese encuentro abierto será una parte de su estancia en la capital alavesa, ya que sin salir de Artium, la artista ofrecerá tanto el sábado como el domingo un taller bautizado como Re-articularse, que todavía tiene alguna plaza disponible. “Cuando empecé a dar este tipo de cursos, lo primero que hice fue una reflexión sobre qué me mueve a mí en escena como performer” describe quien tiene claro que “no pretendo enseñar a bailar a nadie ya que bailar es algo que hacemos todos”. Aún así, partiendo de la base de que “todo acto expresivo es un movimiento de doble dirección: del exterior hacia la persona y viceversa”, García entiende que para que esa situación se produzca en condiciones óptimas “es necesaria una serie de factores: la disponibilidad, la receptividad y la atención. Es lo que trabajo en estos talleres, la necesidad de profundizar en un cuerpo disponible, un cuerpo receptivo y un cuerpo atento”. Tres factores imprescindibles para el ejercicio de la creación escénica porque “para mí, el fin último de lo que hacemos es estar conectado”. Así lo trasladará a quienes compartan estas dos jornadas intensivas.