Vitoria - No paran. De hecho, de cara a los dos próximos años, a Iara Solano y Sammy Metcalfe les esperan diferentes proyectos junto al Conde Duque y La Abadía que se van a traducir en dos nuevas producciones escénicas con las que seguir desarrollando un trabajo que, con Gasteiz como sede, les ha llevado en estos 13 años como grupo a girar por Reino Unido, Australia, Brasil... De hecho, a casa volverán en diciembre para actuar en la sala Baratza con un particular Romeo y Julieta. Pero mañana llega otra cita importante tanto por el marco en el que se produce, la cuadragésimo cuarta edición del Festival Internacional de Teatro, como por el montaje, una propuesta que les está dando unas cuantas buenas noticias, también en lo que a premios se refiere. Sleepwalk Collective se vuelve a encontrar con su público más cercano con Kourtney Kardashian.
El veterano certamen todavía no ha puesto en marcha sus escenarios más allá del Principal a excepción de la incursión de la semana pasada en el antiguo Depósito de Aguas. Mañana subirá el simbólico telón del Jesús Ibáñez de Matauco (centro cívico Hegoalde) con esta ópera para el siglo XXI que propone la compañía vitoriana, algo que sucederá a partir de las 20.30 horas, quedando todavía entradas a la venta, aunque no muchas, por 15 euros. Allí estarán esperando, de manera presencial, Solano, Metcalfe y la también gasteiztarra Rebeca Matellán, a quienes se unirán, gracias a las nuevas tecnologías, las voces de Lucy (mezzosoprano) y Stephen (bajo) Metcalfe.
Todos ellos dan vida a una “ópera que no es convencional pero en la que están todos los elementos de la ópera”, sonríe Solano. Kourtney Kardashian -estrenada el año pasado con la coproducción del Festival de Clásicos en Alcalá y el apoyo del Battersea Arts Centre de Londres- viene a cerrar la trilogía no buscada que Sleepwalk Collective inició en 2016 con el ballet Kim Kardashian y que siguió en 2017 de la mano de la obra de teatro Khloé Kardashian. El hecho de tomar a las tres hermanas para bautizar estos montajes -que el grupo ha montado por iniciativa de terceros- no es baladí. Lo que representan las tres, esta sociedad de la imagen detrás de la que nadie sabe muy bien qué méritos o cualidades hay, el uso de las redes sociales para la difusión de una realidad virtual cotidiana, la ya inexistente línea entre lo que es real y lo que está guionizado en la vida... son cuestiones que ocupan a la compañía.
A esa variable, en Kourtney Kardashian se une la mirada directa a la ópera en sí para crear “una carta de amor-odio a la opulencia y al genio artístico” por parte de un grupo que reivindica el trabajar desde lo pequeño, también en cuanto a los medios usados. “Pero también nos gusta la belleza de las grandes producciones”, un hilo del que tirar en este caso aprovechando Las bodas de Fígaro de Mozart y el hecho de que los padres de Sammy Metcalfe se hayan dedicado durante muchos años a cantar lírica de manera no profesional.
Esas herramientas se ponen al servicio de una propuesta que tras su estreno en Madrid ha girado con bastante buena aceptación por tierras británicas y que ahora llega a la capital alavesa para, a lo largo de poco más de una hora, conducir a los presentes en el Ibáñez de Matauco por un “estudio casi anatómico de la ópera”.