Leíamos hace unos meses que nuestro Consistorio rescata la añeja idea de construir un gran auditorio para nuestra ciudad. Recordemos que, en 2011, los arquitectos -y hermanos- Bayón diseñaron uno que no llegó a construirse. Una infraestructura pensada para desplegarse sobre la parcela en la que actualmente se ubica la estación de autobuses. Por aquel entonces el socialista Patxi Lazcoz era el alcalde de Gasteiz. Años atrás, en 2005, cuando al frente del Consistorio estaba el popular Alfonso Alonso, el arquitecto Navarro Baldeweg proyectaba un Palacio de la Música y de las Artes Escénicas -que tampoco, obviamente, llegó a construirse- cercano al Paseo de la Senda. Ahora, nuestro actual alcalde explica que con el nuevo proyecto - proyecto que, aventura, estaría finalizado antes de que termine su actual legislatura- nos prepara un cóctel con los dos fallidos proyectos anteriores que, dicho sea de paso, constaron al contribuyente cerca de diez millones de euros. Por una parte, los hermanos Bayón, aprovechando el diseño de la sala acústica de su frustrado anterior proyecto, se encargarán de pergeñar el nuevo auditorio y, por otra, se recupera la ubicación del de Baldeweg. Pero la pregunta del millón es la siguiente: ¿cuál es el mejor proyecto para nuestra ciudad? La respuesta no admite duda alguna: el de Navarro Baldeweg. En primer lugar porque estaba pensado para la misma ubicación en la que ahora se quiere levantar el nuevo auditorio. En segundo lugar porque el proyecto está totalmente acabado y también costeado. Y en tercer lugar porque aquel diseño incluía una caja escénica de la que carece el actual de los hermanos Bayón.
Es una lástima, una vez más, que ciertas decisiones tan relevantes para nuestra ciudad como pueda ser ésta no se contrasten con personas que saben de dichos asuntos. En este caso, se tendría que haber contado con la opinión de colectivos, agentes pertenecientes a las artes vivas y, también, con la opinión de nuestro Colegio de Arquitectos. Pues, repetimos, erigir un auditorio que no pueda acoger una obra de teatro, de danza, por carecer de caja escénica, de un escenario, es desaprovechar una gran oportunidad. Nuestra ciudad necesita un equipamiento más versátil que un mero auditorio. Esto es: Gasteiz necesita de un Palacio de la Música y de las Artes Escénicas.
El arquitecto Juan Navarro Baldeweg incluso llegaba a presentar públicamente en su día la maqueta de su proyecto explicando sentidamente: “un palacio de la música debe contener un núcleo independiente y separado del mundo y atraer y acoger abriéndose hacia la invitación. Debe ser una caja cerrada en su misterio y a la vez una puerta abierta que invite a la gente y despierte su curiosidad”. Baldeweg declaraba hace unos días que estaba dispuesto a readecuar su proyecto para que fuera más económico, como le pedía Urtaran, pero no se le dio la oportunidad de hacerlo. De nuevo las razones, o sinrazones, políticas se imponen sobre las culturales.