Vitoria - Justo hoy, el grupo se encuentra participando en la vigésima edición del Festival Intercéltico de Sendim, su primera incursión en los escenarios portugueses, aunque Kolme Katu conoce bien las tablas de otras partes de la península como Asturias, Galicia o Burgos. De hecho, en su propia ciudad, en Gasteiz, no ha sido tan fácil ver a una agrupación que empezó como trío, luego se consolidó como cuarteto y ahora mismo se está convirtiendo en quinteto. Con la idea de volver a encontrarse con el público más cercano, presentar la nueva cara y cerrar el camino de su disco Palug antes de entrar a grabar el siguiente álbum, este jueves 8 a las 19.30 horas, la formación va a compartir un concierto especial por muchos motivos.
“Tomamos esta actuación como el cierre de una etapa del grupo”, apunta Gorka Bravo Barreiro (flautas, gaita y zanfona), quien comparte camino con Xabier Martínez (violín), Pablo Bueno (guitarras) e Iñaki Alarcia (percusión). “Palug salió en diciembre de 2017 y hemos estado trabajando mucho”, no sólo llevando su música por distintos lugares, sino también saliendo premiados de diferentes certámenes musicales como Burgos, raíz y evolución o el Folkez Blai 2018. Un tiempo en el que “hemos ido haciendo ajustes, como la incorporación de Mikel López de Luzuriaga al contrabajo. De hecho, ya es uno más. Por todo eso este concierto es un cierre, es el paso al nuevo formato, a otra etapa”. Además, “es la última actuación que hacemos por ahora puesto que en septiembre grabamos nuevo disco. Así que nos parecía bonito cerrar esta etapa con un concierto en Vitoria, en fiestas y además en el Machete, que es una plaza mítica”.
Una ocasión especial en la que además la banda va a contar, como invitados, con los componentes de Indarra Dantza Taldea, que van a tomar parte en varios temas seleccionados por el grupo y los dantzaris. Desde hace un par de meses, unos y otros llevan trabajando el recital por separado aunque en estos últimos días se espera poder dar los últimos retoques al espectáculo de manera conjunta. “Ha habido mucho Whatsapp”, sonríe Bravo Barreiro. “Se trata de que la gente disfrute. Te podría decir que sería genial que el público también baile, pero es que a mí no me gusta bailar. No puedo pedir lo que no voy a hacer. Si la gente disfruta escuchando, que escuche, y si la gente disfruta bailando, que baile”, apunta el intérprete, quien, eso sí, pide que nadie “se deje llevar por la etiqueta del folk que a veces nos ponen, porque igual la gente se imagina algo muy tradicional con un grupo de dantzas y con nosotros es mejor dejar los clichés a un lado y escuchar”.
Pasado el concierto, llegará el momento de pensar en la grabación del próximo trabajo de estudio a partir de septiembre. “Vamos a ir poco a poco con la grabación y todo lo que viene después, las mezclas?”. Por eso no hay prisas ni plazos fijados, sino el plan de mostrar el momento actual de la agrupación a través de entre ocho y diez temas. “Siempre tienes una idea de por dónde van a ir las cosas, pero todo puede cambiar. Pero es la gracia que tiene este grupo, el darle la vuelta a todo”.