MADRID - Superado el embate más duro de su vida, Michael Bublé vuelve por partida doble: primero, con un nuevo disco de estudio que califica de “terapia personal” y, segundo, con el ya habitual repunte en ventas de su exitosísimo disco Christmas (2011), al que afirma sin embargo que no piensa dar continuidad.

“Estoy seguro de que a mi compañía le encantaría. Incluso mi propia familia me lo sugiere de vez en cuando, pero nunca volveré a hacer otro disco así, porque yo no quise hacer un disco de Navidad, sino el disco de Navidad”, asegura el crooner de mayor éxito comercial de la actualidad. En su explicación, el intérprete canadiense añade que esa decisión le exige mucha “fuerza de voluntad”, porque le encanta este género musical. “Me encantaría hacer otros siete discos navideños, pero ese álbum me parece la quintaesencia del espíritu navideño y no quiero arruinarlo con otro por ganar más dinero. No quiero dinero; lo que quiero es ser feliz”, insiste.

Con más de 75 millones de copias vendidas en todo el mundo y cuatro Grammys, Bublé (Burnaby, Canadá, 1975) repite este mensaje con vehemencia desde que en 2016 anulara toda su agenda profesional para estar junto a su familia y su hijo mayor, diagnosticado con un cáncer de hígado del que fue tratado con éxito en EEUU. “En ese preciso momento de mi vida, no había sitio para nada más que no fuese para ellos. No hubo una decisión que tomar”, subraya el músico antes de insistir que, “cuando se atraviesan momentos así de duros, no te importa nada que tenga que ver con el dinero o el éxito, solo la supervivencia”.

De la energía depositada en aquellos meses de lucha surge ahora un nuevo disco de estudio, representado con un corazón en su portada que ha de leerse sencillamente como Love y que fue publicado hace solo unas semanas. “Lo que el mundo necesita es amor, ahora más que nunca”, señala sobre el título del décimo álbum de su carrera, concebido para sí mismo “como una terapia personal, sin más preocupación que la de ser, más que honesto, real”. - Efe