Es, para muchos, “el mejor escritor de Euskal Herria”. Los cuentos y poemas de Joseba Sarrionandia, el poeta sin rostro durante décadas, el Sarri de Kortatu, han sido adaptados musicalmente y llevados al pentagrama por artistas de toda edad, estilo y condición en las últimas décadas. Lo constata la recopilacion Gure oroitzapenak (Elkar), que incluye canciones de Ruper Ordorika, Mursego, Amorante, Gontzal Mendibil, Eñaut Elorrieta, Fermin y Javier Muguruza o Berri Txarrak, muchas inéditas y grabadas para la ocasión este mismo año.

El doble disco compacto saca a Sarrionandia del recuerdo intangible y lo eleva al lugar que se merece en esta Azoka, en la que comparte espacio con su libro actual, Bizitzea ez al da oso arriskutsua? (Pamiela), en el que relata sus noches en La Habana, donde reside ahora al frente del lectorado de la Universidad de La Habana del Instituto Etxepare. Gure oroitzapenak es una idea original de Angel Azkarraga, promotor conocido como Matxitxa. Tiene como otra pata una película homónima colectiva en la que participan Fermin Muguruza, Maialen Sarasua, Josu Martínez, Oskar Alegría o Mireia Gabilondo.

En el caso de la antología, a Anjel Valdés, de Elkar, le ha llevado “dos años y medio de trabajo”, explica. En esa labor de búsqueda, Valdés ha contabilizado “más de 145 grabaciones diferentes de canciones que utilizan sus poesías”. De los primeros poemas musicados, firmados por Ruper Ordorika en 1983, en su disco Ni ez naiz Noruegako Errege, cuando el escritor estaba encarcelado en la cárcel de Puerto de Santa María, a otras grabadas ex profeso.

“He intentado crear un puente transgeneracional con muchas grabaciones nuevas con grupos de la escena actual”, destaca Valdés. No exagera. Los dos discos, incluido en un disco libro de presentación cuidada e ilustrado por Maite Mutuberria, agrupan 32 canciones grabadas por cantantes y grupos de diferentes edades, procedencia y pensamiento.

Contenido La antología agrupa a varios de los grupos y artistas veteranos de las últimas décadas, de Laboa a Ordorika (“algunas de las canciones con sus poemas, como las de Atxaga, tienen vida propia para quienes nos siguen”, defiende), pasando por Oskorri, Gontzal Mendibil, Fermin Muguruza o los ya clásicos Berri Txarrak, con el metal crudo de Aspaldian utxikato zelda.

Junto a ellos, grupos del siglo XXI como Ken Zazpi y su líder, Eñaut Elorrieta, o Izaki Gardenak. Y, como atractivo principal, las canciones inéditas, la mayoría grabadas para la ocasión, como la del “dúo de voces cristalinas de Baigorri” Xendarineko Ahizpak, la sangre eléctrica de Anari o la Americana ruidista de Audience con los hermanos Insunza tirando de violín y banjo.

No menos atractiva resulta la aportación de Zea Mays; de Irazoki con los Achiary; el regreso de Iñigo Muguruza y el excantante de Delirium Tremens; y los cortes más experimentales, juguetones y personales, a cargo de Mursego, Mice y Amorante. Y no podían faltar los extintos Gose, con sus máquinas y guitarras, que contaron con todos los textos de Sarrionandia para su disco Gosariak. “Es el mejor escritor de Euskal Herria”, defienden. Al igual que Ruper, para quien “se anticipó a su tiempo”.