bilbao - Jokin Oregi, cofundador de la compañía de teatro bilbaína Marie de Jongh, Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2018, considera el teatro de gestos que practican “una buena fórmula” para tratar ante los niños asuntos “socialmente delicados” como el maltrato en el hogar o la marginación de los ancianos.

Marie de Jong es una pequeña compañía teatral de origen familiar creada en 2008 por Jokin Oregi y su esposa, Ana Meabe, dos profesionales con una notable trayectoria teatral a sus espaldas como creadores de historias familiares, el primero, y como actriz del teatro de gestos, la segunda. Los seis espectáculos creados por Oregi y Meabe en sus 10 años de trayectoria, principalmente para el público infantil, aunque también para adultos, se cuentan por otros tantos premios y reconocimientos, algunos de ellos de la categoría de los Premios Max 2017, los Fetén de Gijón (2008, 2012, 2016, y 2018) y el Tournesol, del Festival de Teatro de Avignon (Francia), en 2015. Sus montajes premiados han sido Izar-Estrella (2017), Amour (2015), Kibubu (2014), Querida hija (2012), Humanos” (2010) y ¿Por qué lloras, Marie? (2008).

La pareja se muestra muy contenta y agradecida por el premio recibido, cuya concesión les comunicó personalmente el ministro de Cultura, José Guirao, en conversación telefónica cuando, con una parte importante de la compañía, formada por 10 componentes, regresaban el lunes desde una localidad cercana a París (Francia). Jokin Oregi precisó que les emocionó especialmente y les llenó de “orgullo” la motivación que hizo el jurado del premio, al destacar en su fallo el “emotivo tratamiento” que da la compañía a sus espectáculos y su “constante compromiso” con la sociedad por tratar cuestiones socialmente delicadas como el maltrato, la marginación de los ancianos, el amor homosexual o el abuso hacia los animales. También les ha “encantado” que el premio sea a la trayectoria de la compañía y no a un espectáculo en concreto. “Para una compañía como la nuestra, nacida en 2008 en Bilbao y que solo lleva 10 años de andadura, supone un logro importante que nos hace mirar al futuro con mucha responsabilidad, más si cabe, y con afán de hacer las cosas mucho mejor y exigiéndonos cada vez más”, dijo.

Cuestionados por la clave del éxito de la compañía, Ana Meabe explicó que es “el sentimiento y la sensibilidad con la que Jokin aborda las historias que contamos luego sobre el escenario”.

“Nuestras historias no tienen diálogos -recordó la actriz-, es teatro gestual, pero aunque no tenemos palabras, nuestros personajes hablan con el cuerpo, con los gestos y las emociones”.

espectáculos compartidos Los fundadores de la compañía agregaron que otra clave del éxito que tienen es que se “arriesgan” en los temas que eligen para conformar sus espectáculos. Jokin Oregi destacó, en este sentido, que suelen intentar contar historias que les conmueven y que les parecen importantes, porque “el teatro fundamentalmente es un acto en el que se comparten con el público cosas de la vida o herramientas emocionales”.

Sobre su predilección por hacer espectáculos infantiles para adultos y teatro de adultos para niños, Oregi apuntó que les gusta que a sus representaciones vayan los niños y también los adultos, “para que compartan los espectáculos”. “Ver a una madre y una hija o a un padre y un hijo compartir un pañuelo o una carcajada es un placer”, afirmó. Respecto a los delicados asuntos que abordan en sus obras dirigidas a un público infantil, Oregi opinó que los niños “han vivido o viven en su casas procesos de una fuerza emocional importantísima y hablar de esas cosas les hace sentirse parte de la familia”. “En las casas hay separaciones, hay abortos, hay maltrato, hay enfermedad y creo que nuestro deber es compartir con ellos estos temas que les afectan, que pueden traumatizarles incluso, pero hay que decirles que de eso se sale”, agregó.

“Siempre que cuentes las cosas desde una visión constructiva, esperanzadora y emotiva, el mensaje nunca puede ser malo”, insistió.