Donostia - Tras desconcertar hace cuatros la sección New Directors del Zinemaldia con su ópera prima Historia del miedo, el argentino Benjamín Naishtat ha hecho lo propio este año en la Sección Oficial con Rojo, un filme que narra “la complicidad civil” en la dictadura del país sudamericano a través de una familia de provincias.
“El argumento de la película solo podía pasar en ese tiempo. Fue el final de un momento que dio paso a una época del plomo”, advirtió ayer el director en la presentación del trabajo, quien, a pesar de no haber vivido este periodo, veía necesario contarlo. “Nací en los 80, por lo que no viví directamente ese tiempo, pero mi familia sí. Mis padres tuvieron que emigrar por estar en un sindicato de izquierdas. No creo que haya que vivir esa época para contarla”, añadió. En un prólogo de diez minutos, un hombre incrimina a otro que esté ocupando una mesa sin comer en un restaurante abarrotado de gente. La discusión entre ambos concluye con una pelea en el exterior en la que uno de ellos resulta muerto. El encubrimiento del cadáver rondará durante el resto del filme. “La complicidad civil en la dictadura nunca se había hablado antes. Él se ha atrevido a hacerlo sin tanques y sin armas. Es increíble como relata esa época sin haberla vivido”, afirmo el actor Darío Grandinetti, mientras que el chileno Alfredo Castro, que da vida a un investigador que busca al hombre fallecido, se mostró entusiasmado por el atrevimiento de Naishtat: “Me apasiona mucho que gente joven toque este tema que durante años ha estado callado”. Para contar visualmente el filme, el director se fijó en Sidney Lumet y en el cine de los 70. “Quería empaparme de esa época”, apuntó. Por ello, los zooms en la imagen y la música de aquel momento -ojo a las escenas con Julio Iglesias de fondo- son una constante.
HoyAntiguo Berri 2 (18.15 horas)
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