Washington - Ha sobrevivido a los disturbios de 1968, la ola del crack de los 80 y visto pasar una docena de presidentes: el emblemático restaurante de comida rápida Ben’s Chili Bowl y sus míticos perritos calientes, uno de los hitos históricos de Washington, cumplieron en agosto 60 años.

Ben Ali, un inmigrante de Trinidad y Tobago, abrió el local junto a su entonces novia, Virginia, en agosto de 1958 en la calle U, arteria cultural de la vida afroamericana en la capital estadounidense y también conocida como el Broadway Negro. “Los presidentes van y vienen, sin embargo, Ben’s Chili Bowl se mantiene”, dijo el reverendo Jesse Jackson, excandidato presidencial y veterano de los derechos civiles, al participar en la fiesta de celebración del sexagésimo aniversario. Cuando Ben’s Chili fue inaugurado, el presidente Dwight Eisenhower arrancaba su segundo mandato, y ahora es Donald Trump quien vive en la Casa Blanca. “Algunos presidentes, sin embargo, deberían irse antes que otros”, bromeó Jackson.

En este periodo, sus icónicos perritos calientes y hamburguesas de chile con carne se han convertido en un hito gastronómico de la ciudad. Y el local, con sus brillantes colores rojo y amarillo característicos, y los murales del callejón con Michelle y Barack Obama, asiduos clientes durante su época en la Casa Blanca, es ahora una referencia cultural obligada en Washington.

Ben Ali falleció hace años, pero al frente del local se mantienen sus hijos y la matriarca, Virginia, quien a sus 84 años encabezó la fiesta de cumpleaños. Las últimas seis décadas no han sido fáciles para Washington, y tampoco para el restaurante, testigo de primera línea. Apenas diez años después de la apertura y cuando se había consolidado como restaurante de barrio, estallaron en 1968 los disturbios tras el asesinato de Martin Luther King, que arrasaron gran parte de la urbe y cuyo epicentro fue precisamente la calle U. “Todo el mundo estaba llorando. Después la tristeza se convirtió en frustración. A continuación, la frustración pasó a enfado, y la revuelta comenzó”, recuerda Virginia Ali, en una entrevista con la cadena local WTOP, sobre los disturbios que duraron varios días hasta que el Gobierno tuvo que desplegar efectivos militares para contener los saqueos y los locales incendiados. Ben’s Chili Bowl fue uno de los pocos establecimientos que se mantuvo en pie durante el caos. “Siempre pensé que se iba a arreglar. Pero nunca pensé que tardaría tanto. Los negocios que estaban allí no reabrieron, y luego la clase media que vivía allí se mudó. Y un par de años después llegó la heroína, y más tarde el crack. Nos fuimos cuesta abajo durante 20 años”, lamentó.

A los pocos días de su histórica victoria electoral, Obama aprovechó la ocasión y pasó por caja para saborear el ya mítico perrito caliente. Otros famosos le siguieron, como la ex primera dama Hillary Clinton, el crítico gastronómico Anthony Bourdain, o el expresidente francés Nicolas Sarkozy, que visitó el local junto a su esposa, Carla Bruni. Hoy las fotos de los ilustres visitantes decoran el establecimiento, mientras las salchichas y las hamburguesas siguen saliendo humeantes de la plancha, tal y como hacían hace 60 años.