MADRID. José Guirao ha prometido este jueves ante el rey Felipe VI su cargo como nuevo ministro de Cultura y Deporte, después de que su predecesor en el cargo, Màxim Huerta, dimitiera este miércoles, solo seis días después de haber tomado posesión como ministro.

Guirao ha prometido su cargo sin símbolos religiosos y ante la Constitución, y además ha prometido mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros, a diferencia de buena parte de los ministros que prometieron su cargo hace una semana y que recurrieron a la fórmula de "ministros" y "ministras", en referencia a la mayoría de mujeres que forman el gabinete.

El nuevo ministro de Cultura y Deporte ha tomado posesión ante el Rey Felipe VI, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que actúa como notaria mayor del Reino en los actos de promesa de compañeros de gabinete. Sin embargo, este acto no ha contado con la presencia de los demás poderes del Estado, que sí estuvieron cuando tomaron posesión el resto de miembros del Gobierno el pasado jueves 7 de junio.

Después de tomar posesión en la Zarzuela, Guirao se ha trasladado a la sede del Ministerio de Cultura y Deporte, para recibir la cartera de ministro, tan solo una semana después de que el anterior titular del departamento durante el Gobierno de Mariano Rajoy, Íñigo Méndez de Vigo, cediera el testigo a Màxim Huerta.

El nuevo ministro de Cultura y Deporte llega al cargo tras una larga trayectoria como gestor cultural, en la que destaca la dirección del Museo Reina Sofía entre los años 1994 y 200.

Según señaló a las pocas horas de conocerse su nombramiento, entre sus objetivos destacan el refuerzo de la enseñanza de Humanidades y la fiscalidad del sector como dos de las prioridades de su mandato.

Guirao, licenciado en filología hispánica, fue responsable del Área de Cultura de la Diputación Provincial de Almería desde 1983 hasta 1987. Más tarde fue Director General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía de 1988 a 1993.

Después se trasladó a Madrid, donde asumió la labor como director general de Bellas Artes y Archivos del Ministerio de Cultura entre 1993 y 1994. En 1994 fue nombrado director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, posición que ocupó durante seis años dentro de los cuales realizó la remodelación de la Colección Permanente y proyectó la ampliación del Museo.

A partir de 2001 asumió la dirección de La Casa Encendida y en enero de 2013 fue nombrado director general de la Fundación Montemadrid, dedicada a la Acción Social, Medio Ambiente, Cultura y Educación.

Además, José Guirao es patrono de la Fundación Federico García Lorca, de la Fundación Antonio Gala, de la Fundación José María Sicilia y Patrono de la Fundación Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella. También es profesor invitado del Master de Gestión Cultural de la Universidad Carlos III de Madrid.

José Guirao ha asegurado que pese a su experiencia pasada en el ministerio nunca se había planteado ocupar la cartera, aunque no fue difícil convencerle para ello.

"Son esas cosas que no me lo había planteado, pero cuando pasa sientes una especie de aturdimiento y al llegar allí dices que si", ha explicado Guirao en una entrevista en la Cadena Cope.

"Me comunicaron el nombramiento por la tarde y fue una vorágine, estuvimos desbordados, pero lo voy a hacer (hablar personalmente con Huerta) esta mañana y lo haré encantado", ha indicado.

En cuanto al cambio de criterio en el nombramiento del nuevo ministro al optar el Gobierno de Pedro Sánchez en esta ocasión por un perfil de gestión frente al de una persona más mediática como Huerta, Guirao ha explicado que "no es algo incompatible". Lo importante, dijo, "es que la cultura sea de calidad". En este sentido, abogó por intentar que "la cultura de masas mejore de calidad y progrese, porque la cultura en si tiene un espectro amplísimo, es multiforme".

Sobre los nuevos retos que deberá afrontar en el ministerio, José Guirao ha asegurado "tener criterio mejor o peor" en lo concerniente a cultura y en el ámbito del deporte ha admitido la necesidad de "madurar ese criterio".