Hace algo más de una década que Titania Teatro empezó su andadura, un camino en el que Raquel Ajofrín siempre ha tenido al público adulto como referencia hasta que hace un par de años, a partir de una invitación del certamen Poetas en Mayo, realizó un recital poético para pequeños espectadores con Haizea García, su hija, como cómplice frente al público. De aquellos 20 minutos de experiencia, ambas sacaron muy buenas sensaciones, un ímpetu que les llevó a crear el espectáculo El secreto del hada.
Mañana será el escenario del centro cívico Salburua el que volverá a unir a las dos intérpretes sobre las tablas. La representación, que está recomendada para espectadores a partir de 5 años, arrancará a las 19.00 horas (las entradas están disponibles por un precio único de 3 euros) en el marco de la programación del ciclo Auzo Eszena.
De esta forma, Ajofrín y García se adentrarán junto con los presentes en una obra en la que el teatro, la poesía y la música se fusionan a través de dos personajes que, en principio, son dos hadas, aunque en el caso de una de ellas puede que la apariencia inicial engañe un poco. “Es un montaje muy participativo. Por ejemplo, jugamos a las adivinanzas con las estaciones del año o escondemos cosas en el escenario para que el público las encuentre, hacemos juntos canciones y bailes...”, describe Ajofrín.
“Nosotras siempre hemos sido muy hadas en el terreno personal. Nos gusta. Es un mundo especial, bonito y, también, cercano a la naturaleza” sonríe la actriz, al tiempo que recuerda que “un día descubrí un libro de poesía sobre hadas y desde entonces no sé cuántas veces lo hemos leído; así empezó la cosa y cuando Elisa Rueda nos hizo la proposición del recital, ni lo pensamos”. Eso sí, para dar forma al espectáculo posterior hubo que hacer un importante trabajo de recopilación de otras creaciones literarias. “Nos costó, sobre todo, conseguir poemas en euskera”, una labor en la que encontraron ayuda externa.
A partir de ahí, ambas buscan “que los espectadores se lo pasen bien, que vivan un rato agradable, divertido y si, además, conseguimos que le tomen algo de gusto a la poesía, fantástico. Cuando en muchos sitios digo que es un recital de poesía, las reacciones no son buenas. La gente se piensa que vamos a ponernos frente a un atril a soltar la chapa”. Nada más lejos, apunta Ajofrín, quien apunta que el hecho de trabajar con su hija “es genial pero también supone mucha responsabilidad porque soy yo la que lleva la voz cantante y es ella la que se apoya en mí”.
Con todo, la intérprete reconoce que “Haizea me aporta frescura. Siempre he escrito teatro para adultos y cuando me pongo con teatro para niños, ella me corrige las frases: ¿vas a decir esto así?. Es interesante y estimulante su punto de vista, su creatividad y por esto, todo este proceso está siendo muy interesante”.