Vitoria - No hay nada como quedarse a gusto. Así que los Distorsión Tóxica se han planteado su cuarto trabajo de estudio desde dos perspectivas muy claras. La primera, ofrecer al público un Demolición en el que cada una de las 15 canciones que lo componen estuvieran “bien curradas y tratadas” a lo largo de todo el proceso. La segunda, que ningún tema se iba a descartar por el hecho de, desde la base del punk rock, tender hacia otros estilos. “Se nota que no hay una unidad en ese sentido, que en este tiempo que llevamos con el álbum hemos escuchado otras cosas que nos han influenciado y que se reflejan aquí”.
El resultado es, a juicio del cuarteto, “algo raruno” sin que eso signifique nada malo. De normales está el mundo lleno y eso sí que es peligroso. “Es como un viaje acelerado” por diferentes texturas, algo que el grupo espera que el público note desde la primera escucha. Sonidos que acompañan a letras llenas de ironía y de crítica social. Sociedad de plástico, Dame likes o Larrosa ala urdin son algunos de esos temas en los que Gindi Auzmendi, Iñigo Ruiz de Apodaka, Yoar Auzmendi y Aritz Ruiz de Azúa han estado trabajando desde hace un par de años hasta llegar hasta aquí.
Grabado entre los estudios OVNI de Bonielles (Asturias) a manos de Pablo Martínez y en Itxura Estudioak (Altsasu) con Fran Pérez, el álbum autoproducido, que ve la luz con el sello Bicho Raro, cuenta con las colaboraciones de Endika Gil, Xabi Arratibel (Siberians), Totxu Orive, Mikel Larretxi y Javi Sevilla.
Ahora llega el momento de los directos, una senda que se abrió el pasado sábado en Portugalete, aunque la presentación oficial del disco se producirá el próximo sábado 10 de marzo en la sala Le Coup junto a Katez. Después llegarán Samaniego (23), Lizarra (13 de abril), Apellaniz (14), Barcelona (24), Burgos (12 de mayo) y Barakaldo (18). Conciertos en los que descargar 23 temas en una hora. “Acabamos reventados pero a gusto”.