El escritor peruano Fernando Iwasaki (Lima, 1961) ha publicado Las palabras primas (Páginas de Espuma), donde retoma el tema del ensayo con el que ganó el Premio Rey de España de Periodismo en la categoría Don Quijote, el presente y futuro de la lengua española. Afincado en Sevilla desde hace 30 años e historiador de formación, es profesor de Retórica de la Universidad Loyola Andalucía y, de la estirpe de Guillermo Cabrera Infante, raramente renuncia al humor o al juego de palabras.
A la pregunta de si acabará considerándose más ensayista que narrador, afirma que “en América Latina los escritores somos ensayistas y narradores, mientras que en España abundan los poetas que además son novelistas... Está el caso de Borges, que escribió poemas, ensayos y narraciones memorables, pero Borges es la excepción porque fue excepcional en todo. En la España actual sólo Andrés Trapiello recorre ese camino”, dice el escritor, para quien el ensayo es “un paseo, una divagación y una conversación”. Sobre el camino hacia la igualdad de género, sostiene que no se solucionará cambiando los usos de la lengua, como promueven algunas líderes de la izquierda apostando por voces como miembra y portavoza. “Soy partidario de que cada uno hable como le dé la gana mientras se le entienda, ya sea Tarzán o el maestro Yoda. Lo que no me cuadra es que se consagren esas voces en la norma, como pasó con toballa o murciégalo. ¿Qué pasaría si la Dirección General de Tráfico aceptara como válidas y reglamentarias todas las maniobras que cualquier conductor temerario improvise a toda velocidad? Si la izquierda desea dar visibilidad semántica a las mujeres debería comenzar por cambiar la letra de La Internacional. ¿Cómo cantar Arriba los pobres y las pobres del mundo, / en pie los esclavos y las esclavas sin pan sin que parezca el Aserejé? Agrupémonos todos en la lucha final sería un verso discriminador y no habría concepto más sexista que el hombre nuevo, dice Iwasaki, y apunta que “el origen de la desigualdad no hay que buscarlo en la lengua ni podremos corregirla manipulando el diccionario”. - Efe