Fue hace cinco años cuando Ekaitz Aranberri y Ander Solozabal apostaron por crear Bidelapurrak, un dúo que en 2014 publicó su primera referencia, Zenbat Negar Baztarretan. Ya entonces, ambos quisieron contar con la colaboración de diferentes músicos en el proceso de grabación para vestir mejor su propuesta sonora. “Cuando salíamos a los directos, lo dábamos todo pero teníamos que hacer demasiadas cosas; no estábamos cansados ni hartos de eso, pero sí queríamos poder salir al escenario más libremente y, además, ser más fieles en los conciertos a los discos”. De ahí, que para su segundo álbum, Gorriak eta Bi, la banda ha sumado efectivos a sus filas.
Irati Olaziregi, Jere Martínez, Aitor Narbaiza, Gorka Etxebarria y Jon Aranburu “son muy buenos músicos que, además, como amigos son todavía mejores”, apunta Solozabal. Entre todos han dado vida a un trabajo que ha visto la luz en el arranque de este 2018 tanto en su versión digital como física. Utzi bakean, aita, Alferrak alferrik y Joxe Arrospide son algunos de los diez temas que conforman este segundo lanzamiento, canciones cuya composición ha vuelto a estar en manos del dúo original, aunque para las letras de tres cortes han contado con la colaboración de Irati Majuelo, Ane Zuazubiskar y Julen Zulaika.
Grabado en el estudio Shot! de Arrasate el pasado mes de noviembre, el disco es una autoproducción que ha contado con el trabajo de Ander Barriuso en el apartado técnico y del estudio 2noisy de Azpeitia para la masterización. “Con respecto al anterior disco, el primer cambio viene por la calidad del sonido y de la grabación. Todo ha estado mucho más cuidado”, señala Solozabal, quien añade que “las canciones, en cuanto a su tempo, son más lentas”. En este sentido, el intérprete admite que “parece que nos hemos quitado unos cuantos complejos que sí teníamos al principio, que nos venían dados por nuestra manera de tocar y por los géneros de los que procedíamos”. Esa liberación, por así decirlo, se traduce, por ejemplo, en una propuesta más folk y con menos toques country.
“Sólo esperamos que la gente se sienta un tanto reflejada en lo que dicen las letras y que reflexione sobre lo que se cuenta”, sobre “lo que dicen las voces interiores de esas personas normales a quienes, día a día, les toca luchar”, vivencias que se recogen en un trabajo cuyo diseño está en manos de Okene Abrego.
Con todo, ahora llega el momento de los directos. Tras el estreno hace nada con Helldorado como testigo y la actuación que justo este pasado fin de semana han realizado en Bergara, la siguiente parada confirmada es Donostia (sala Doka) el 23 de marzo. “Para nosotros, poder llevar las canciones al escenario no es dar un concierto, es vivir una fiesta”, explica Solozabal. “Por lo menos hasta verano, los directos van a ser con la banda al completo. Somos un grupo que está en el underground y que no tiene ninguna pretensión de nada más que de disfrutar tocando y hacer lo que nos gusta”, defiende. Tan es así que en cinco años, Bidelapurrak nunca ha actuado en verano “y eso que es cuando todo el mundo nos llama”.