Si todo va como está previsto, con la llegada del otoño se publicará el sexto disco de El Reno Renardo. Pero eso, todavía, queda un poco lejos. De momento, el grupo vizcaíno regresa ahora a la capital alavesa cargado, como siempre, de humor y heavy metal.

Todo el mundo celebrando los aniversarios de números redondos y llegan ustedes... y a festejar el undécimo.

-(Risas) Es que el año pasado nos pilló el toro. Pero ya está, no pasa nada. ¿Y por qué hay que celebrar las cosas como los demás?

Eso sí, desde noviembre de 2017 están sin pisar un escenario. ¿Con ganas de volver?

-Bueno, tampoco hemos sido nunca de tocar mucho. No queremos quemarnos. Con tocar una o dos veces al mes, ya vale. Cada uno tenemos nuestros trabajos y familias, y tampoco es cuestión de estar todo el día fuera de casa los fines de semana. Por eso, elegimos muy bien dónde vamos a ir. De todas formas, sí, tenemos ganas de volver a los directos porque hemos quitado algunas canciones que veníamos tocando en los dos o tres últimos años, y hemos recuperado otras del principio. Incluso habrá alguna canción que no hemos interpretado nunca en concierto. Claro, el repertorio se nos ha llenado de clásicos y es difícil hacer una selección para una actuación de hora y 45 minutos. Alguno se enfadará porque no hemos tocado algo, pero es que es imposible hacer un concierto al gusto de todos, terminaría durando cinco horas.

Si hace once años, alguien le dice que iba a llegar hasta aquí, con cinco discos, preparando el sexto, llenando salas...

-No hubiese apostado nada por eso. Mi intención con el primer disco, que lo saqué sin decir que era yo, era ponerlo en Youtube, pero por la chorrada. Visto el éxito que tuvo, llegó el segundo y... de repente teníamos ofertas para tocar, cuando lo normal es que tengas que ir tú a llamar a una y mil puertas. De hecho, mi intención no era actuar en directo. Es más, el primer concierto lo dimos en Vitoria, en el barrio de Arana. Nos quedamos alucinados con la respuesta del público y también con que nos pagaron (risas). Nunca pensé que tendríamos millones de visitas en Youtube, ni que iba a tener dinero para comprarme guitarras que jamás hubiera podido pensar, ni... La verdad es que estoy encantado con todo lo que ha pasado.

Y a finales de este año toca nuevo disco, ¿verdad?

-Sí. Tengo entre 14 y 15 temas con la música ya terminada y con las letras a falta de algún fleco. Así que nos hemos propuesto sacarlo a finales de septiembre o principios de octubre.

¿Cuántas veces le han dicho, con cierto aire despectivo, que lo suyo no es serio? ¿Le molesta o...?

-Me da igual. Muchas veces me río bastante de todas estas bandas que se ponen de cuero, todo serios para las fotos, con las caras de malo, que parece que en el heavy sólo puedes aparecer enfadado. Van de estrellas del rock pero luego tocan en un bar delante de quince personas. Esa gente nos dice que jugamos con ventaja porque no hacemos música seria. Me da igual, haciendo lo que nos gusta, mira la de gente que estamos metiendo en los sitios. Luego hay quien también se piensa que por usar el humor, las letras se hacen en cinco minutos. De eso nada. Otra cosa es que seríamos la leche con un cantante bueno, pero (risas)... es que alguien tiene que hacer el trabajo sucio. De todas formas, ésta es una banda con letras de humor y además una banda muy seria. Llevamos muchos años tocando y no seremos la repanocha pero nos defendemos bien.

En estos tiempos en los que el personal parece que tiene la piel muy fina, no sé si esto del humor se está convirtiendo en algo peligroso.

-Hay como dos vertientes dentro de la escena. Por un lado, están saliendo unas cuantas bandas que hacen humor, siguiendo el camino de gente como Gigatron y Mamá Ladilla. Por otro, hay formaciones a las que no les gustas y te lo hacen saber. Te pasa que vas a tocar a un festival como el Leyendas del Rock y te miran con cara rara, como diciendo: ¿y estos payasos? Nos da igual, sobre todo porque luego tienes a un montón de gente en el mismo certamen cantando tus canciones.

Al final, todo iría mejor con más humor, ¿no?

-Es que hay que reírse, para empezar de uno mismo. De todas formas, en el próximo disco habrá una canción que va a ser un poco sobre ofender. Ahora parece que todo ofende y nosotros vamos con esa canción a meter el dedo en la llaga (risas). Estamos en un momento en el que parece que no puedes hacer nada. Haces un chiste de esto y el colectivo tal se mosquea. Haces un chiste de lo otro y... Es un poco pasada lo que está sucediendo.

Bueno, ahora toca de nuevo estar con el público. ¿Para el concierto de este sábado, alguna sorpresa al ser el primero de la gira?

-No solemos preparar mucho las cosas. Igual sí metemos una tontería específica para el público de Vitoria, pero bueno, ya lo explicaré allí. Hombre, vamos con el repertorio cambiado como te decía antes y eso hace que estemos un poco nerviosos, a la expectativa.