Los Ángeles - La estrella de Audrey Hepburn se apagó hace casi 25 años, el 20 de enero de 1993. La actriz falleció de cáncer de colón a los 63 años en su casa de Suiza, pero es ahora cuando ha salido a la luz su testamento.

El motivo ha sido que uno de sus hijos, Sean Hepburn Ferrer, ha demandado a la Fundación para la Infancia Audrey Hepburn por utilizar el nombre de su progenitora sin su permiso, ya que viola los derechos que comparte él con su hermano Luca Dotti. Para ello, Hepburn Ferrer ha presentado como prueba el testamento de su madre, en el que quedó establecido que los derechos de uso de su nombre y sus películas pertenecen en exclusiva a sus hijos. Debido a esta polémica, ha trascendido que la actriz dejó su colección de joyas de Bulgary y Tiffany’s a sus hermanos, a lo que se añadió que un collar de esmeraldas, un broche de zafiros y unos pendientes que poseía la actriz, debían ser para el actor Yul Brynner y su mujer, mientras que a la hija de ambos le cedía un broche de platino y diamantes.

Al modisto francés Hubert de Givenchy, del que fue musa y se convirtió en una de sus personas de confianza y además tuvo el papel de albacea de sus últimas voluntades, le dejó dos piezas de arte religioso rusas valoradas en unos 20.000 francos suizos. Por último, a su por entonces pareja, el actor alemán Robert Wolders, le cedió en en herencia dos candelabros de plata valorados en 500 francos suizos.

la fundación La Fundación para la Infancia Audrey Hepburn nació de una iniciativa de sus dos hijos el mismo año de su fallecimiento, hace casi 25 años. Hasta el momento los derechos de la actriz estaban explotados a través de esta fundación, pero el mayor de los hijos de Hepburn, Sean, tuvo varias desavenencias con la organización en 2012, y decidió desvincularse de la misma y retirar el nombre de su madre de su actividad.

El pasado 27 de septiembre los dos hijos de la actriz, Sean y Luca, sacaron a subasta a través de la casa Christie’s de Londres unos 500 lotes de objetos que pertenecieron a la famosa actriz y que ella misma conservó durante años por motivos personales y sentimentales. Entre los más destacados se encontraba la vieja maleta con la que viajó a Londres en 1948 para labrarse una carrera como intérprete, varios guiones originales de trabajo con anotaciones a mano, entre ellos el del filme que la hizo especialmente popular, Desayuno con diamantes (1961), o el de el largometraje Charada (1963).

A pesar de recordarse a Hepburn por sus trabajos en la gran pantalla, la actriz fue nombrada en 1988 embajadora de UNICEF, y su humanitaria solidaridad por los niños pobres marcaría los últimos años de su vida, una labor por la que unos meses después de su muerte, la academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood le concedió un Oscar Humanitario Jean Hersholt.- DNA