Carmen Morillo Martín aún no se cree que, hoy a las 19.00 horas, el salón de actos del edificio Catequesis de su pueblo, Amurrio, vaya a acoger la presentación de su primera novela, pero así va a ser. Se titula Que te lo cuente mi perra, se puede calificar de literatura infantil porque va destinada a un público a partir de 10 años, aunque sirva para toda la familia, y llegará a las librerías el próximo mes de enero de la mano de la Editorial sevillana Babidibu, dedicada en exclusiva a los libros que fomentan valores humanos.

“Llevo dos años dando vueltas con ella, hasta que esta editorial se interesó por mi trabajo. Siempre he tenido muy claro que no iba a recurrir a la autoedición y que si alguien lo consideraba bueno ya lo publicaría, y así ha ocurrido”, confiesa la autora, que se describe a sí misma como una “Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad del País Vasco, en Ciencias Políticas por la UNED y en Crianza de Hijos por la universidad del sentido común”.

De hecho, Morillo no esconde que su primera incursión en la literatura tiene mucho de autobiográfica. “Nací en el seno de una familia humilde a la que estoy muy agradecida y me siento orgullosa de pertenecer, pues siempre supe que mi educación, mis principios y valores, eran lo que me daría la verdadera riqueza para desenvolverme en esta vida. El mismo sentimiento de riqueza que pretendo transmitir a través de lo que escribo”, aclara. Y es que Carmina -como la conocen sus más allegados- además de ser madre, se dedica a la enseñanza. Aspectos de su vida que la inspiran historias, alimentan su espíritu y la impulsan a educar en valores, “de forma modesta y sin pretender sentar ninguna cátedra”, matiza.

Reflexión desde el humor En concreto, la familia protagonista del libro se apellida Reverte “porque así le llamaban a mi abuelo materno Higinio”, y está integrada por un matrimonio con tres hijas, dos de ellas gemelas, más el gato Chusta y la perra Xena, que es la que cuenta todo lo que acontece en la familia y lo adereza con humor y apuntes de cultura general. “Xena es muy culta y nos transmite todos sus conocimientos a través de las conversaciones que mantiene con Chusta, que es un tanto bobalicón. Los malentendidos entre ellos son los que aportan grandes dosis de diversión, a la vez que nos hacen reflexionar sobre las cosas importantes de la vida desde el refuerzo de la autoestima, clave en el equilibrio emocional”, incide la autora, para quien es vital trabajar la autoestima de los más jóvenes, pues constituye el camino hacia el amor y respeto por uno mismo. “Ahí está la clave para aprender a respetar al prójimo. Si tu autoestima es buena eres más tolerante con todo lo que te rodea”, subraya.

De esta forma, Que te lo cuente mi perra transmite de forma divertida y amena valores humanos, tales como el respeto y amor por uno mismo, por la diversidad, por los animales y nuestro planeta; al tiempo que sugiere cómo cultivar las virtudes que nos hacen mejores personas, como tolerar lo diferente, aceptar errores, ser pacientes, perdonar y comprender que el diálogo es una puerta abierta al entendimiento. Asimismo, el libro puede constituir una ayuda a la hora de tratar situaciones familiares, como el acatamiento de las normas, la convivencia con niños de otras razas, el cuidado de ancianos, la condena a la violencia de género, la tolerancia con la homosexualidad o la búsqueda del equilibrio entre valentía y prudencia. Además, fomenta de forma atractiva la lectura y hábitos saludables como tener una dieta equilibrada y practicar deporte.

La ilustradora La novela -que recoge en sus últimas páginas un listado con ejemplos de los principales valores que expone, así como comentarios de diferentes niños que la han leído y evaluado- viene reforzada por ilustraciones de la también amurrioarra María Luisa Cáceres, una licenciada en Publicidad, Marketing y RRPP por la UPV que se confiesa “autodidacta, porque para mí el dibujo es un hobby”, pero a quien Morillo no dudó en acudir cuando la editorial le preguntó si tenía a alguien para ilustrar la historia.

“Conozco hace tiempo su trabajo, de hecho varios dibujos suyos decoran mi habitación y también la quise en mi novela”, recuerda la autora. Ambas están contentas con el resultado, aunque Cáceres reconoce que “ha sido todo un reto limitarse a siete ilustraciones y realizarlas en blanco y negro, salvo la que va en portada; así como un auténtico premio ver emocionada a Carmina porque, según dice, he sabido plasmar lo que quería contar”, apostilla.