Vitoria - El supuesto hallazgo de un single (El solitario) hasta ahora nunca escuchado de un artista en teoría olvidado. El juego se sirvió hace más o menos un año, una apuesta que cuajó y que poco a poco se va desvelando con los conciertos que ofrece quien está detrás de este personaje musical que es Tito Ramírez. El sábado estará sobre las tablas de Helldorado compartiendo cartel con The Blackbirds en lo que será la última jornada de un Midnight Boogie Weekend que arrancará mañana en el Aula Luis de Ajuria.

Tito Ramírez visita por primera vez Vitoria...

-Sí. Además, vamos con mucha ilusión de tocar en Helldorado, que es un auténtico templo del rock and roll y de la música mundial. Con otro nombre (risas) he tocado allí y sé de lo que estamos hablando.

¿El de Tito Ramírez es un camino que se inicia con qué intención?

-En un principio, Discos Antifaz, que es el sello discográfico con el que edito mis referencias, sacó el single (El solitario) con la única información al público de que era el resultado de unas cintas perdidas de un tal Tito Ramírez, del que no se sabía mucho más. Se suponía que esas canciones llevaban grabadas mucho tiempo. En cierto modo, queríamos que la gente las juzgara por criterios musicales sin tener ninguna otra referencia a la que agarrarse a la hora de escuchar y decidir. Con esa poca información y un teaser con pocos segundos de cada canción se sacó el single, que se agotó en cuatro días. El imaginario común pensó que, tal vez sí, se trataba de un artista antiguo. Más tarde se supo que el artista era actual ya que se anunció su aparición en una actuación en Madrid. Ahí se empezó a descubrir quien, de verdad, estaba detrás de esos temas.

¿Pero ese momento no fue un poco extraño, como restarle el misterio al juego?

-Bueno, sigue habiendo mucha gente que conoce a Tito Ramírez sólo por su música.

Ahora que están llegando los directos, ¿cómo plantea los conciertos?

-Tenemos un repertorio bastante extenso que, dependiendo dónde o cuánto vayamos a tocar, vamos variando. Son casi todo composiciones originales con un par de versiones, todo ello caminando por el rhythm and blues, rock and roll, soul... Vamos, toda la música que me gusta.

En toda esta historia, ¿qué hay de sentido del humor, de juego, de reivindicación, de hacer algo inusual...?

-Es una combinación de todas esas cosas que comentas. Si todo el mundo sigue el mismo camino, esto se termina volviendo aburrido. No hace falta que tengas una propuesta muy radical, pero sí es bueno salir y respirar un poco. A eso se añade que toda esta historia hace pensar. Incluso gente que no sigue mucho la actualidad musical porque tiene la vista puesta en la nostalgia se ha ha dado cuenta que no ve que ahora se hacen cosas buenas. El solitario no es tan retro pero al colocarlo en determinado contexto, sin mentir a nadie, llevó a pensar a determinada gente que las canciones del single eran buenas por ser antiguas.

¿Somos unos crédulos entonces?

-La gente quiere creer en algo, eso es así. Eso me ha venido bien para el proyecto. Me apetecía que se juzgasen sólo las canciones sin tener un rostro o un artista a la que agarrarse. Era sólo información musical y a partir de ahí, ver cómo salía. Lo que no esperaba era que fuese a funcionar tan bien porque se corrió la voz y ha sido algo interesante.

¿Algún amigo o conocido de quien está detrás de Tito le ha llamado de todo al enterarse?

-(Risas) Alguno se ha sorprendido bastante, sí. De hecho, lo que me ha llamado bastante la atención es que mucha gente que está metida en el rollo se creyese la historia.

¿Tito tiene futuro?

-Hemos sacado un segundo single, pero ya veremos qué rumbo toma el proyecto. No quiero dar un paso que no me apetezca. Igual grabamos otro single y si vemos que se puede, un Lp, pero ahora la intención es divertirse, hacer shows y ya está.

Llega a Vitoria en el marco de un fin de semana especial que se ha montado dedicado al R&B, soul... vamos, a lo que se tiende a llamar música negra, aunque la etiqueta no sea la más acertada.

-No, no es muy correcta, pero nos entendemos todos.

No voy a decir que está de moda, pero sí es cierto que en los últimos años en el Estado ha tomado una relevancia, ¿no?

-Sí, han aparecido varios grupos que practican un R&B de altura. Gente, aquí, como The Limboos, TT Syndicate en Portugal... Han aparecido artistas que están revalorizando el estilo y lo han puesto más en la palestra. Sí que se está generando un público, una escena, que es pequeña, underground, pero que no para de crecer.

Por cierto, ¿Tito es un gran coleccionista de discos?

-Pertenezco al club del maltrato al vinilo. Los trato muy mal (risas). No soy un coleccionista. Eso son palabras mayores.