la 59ª edición del festival Zinebi, que se celebra en Bilbao hasta el día 17, rendirá un homenaje a la cantante Estitxu este miércoles 15 con el estreno en la sala BBK de un documental que narra la trayectoria de la artista, cuya voz cristalina enamoró a varias generaciones. La película, producida por Baleuko y dirigida por Franck Dolosor, corresponsal de ETB en Iparralde y colaborador de este periódico, destaca la aportación de Estitxu a la cultura vasca y da a conocer las múltiples facetas artísticas y la atractiva personalidad de la cantautora. Según Dolosor “es evidente que en su día Estitxu entró en el corazón de la gente y que todavía permanece ahí en el recuerdo”.

El pasado 8 de marzo el Ayuntamiento de Baiona dio el nombre de la cantante a una de sus calles, y tras la inauguración de Estitxu karrika las autoridades locales recibieron decenas de cartas y de mensajes aplaudiendo la decisión. El origen de este documental está precisamente en el interés que, 25 años después de su fallecimiento, siguen mostrando las personas que aún la recuerdan con cariño cada vez que se evoca su nombre. “Incluso en la era de la redes sociales recibimos pocos comentarios sobre nuestro trabajo, pero mencionar a Estitxu siempre ha ido acompañado de numerosos mensajes de agradecimiento por parte de personas que no olvidan su música”, asegura el periodista labortano, que decidió que ya era hora de rendir un homenaje a una mujer pionera en muchos aspectos. El documental recoge los testimonios de familiares y amigos de Estitxu, así como imágenes y vídeos de archivo de diversas procedencias.

Trayectoria Estibaliz Robles-Arangiz (1944-1993) sigue siendo todo un símbolo para miles de aficionados a la música. Estitxu fue junto a Lourdes Iriondo y Maite Idirin una de las principales responsables del renacimiento de la canción vasca a finales de los años sesenta. La benjamina de la familia Robles-Arangiz-Bernaola, compuesta por once hermanos, nació en la localidad labortana de Beskoitze-Briscous, cerca de Baiona, después de que sus padres tuvieran que huir de Bilbao en 1937.

Su padre no era otro que Manuel Robles-Arangiz, antiguo diputado del PNV y fundador del sindicato ELA.

Con tan solo 20 años, Estitxu comenzó a ofrecer recitales en Euskal Herria, México y Caracas, consiguiendo un notable prestigio incluso al otro lado del Atlántico, ya que durante varios meses sus canciones encabezaron las listas de éxitos en Venezuela.

También participó en numerosos programas televisivos de aquel país, donde solía cantar tanto en castellano como en euskera, acompañada de su guitarra. Llegó a dar conciertos en Estados Unidos. La voz y la personalidad de Estitxu no dejaban indiferente a nadie. Para algunos era el “ruiseñor de Beskoi-tze”, mientras que el famoso periodista francés Jacques Chancel la calificó de la “Joan Baez del País Vasco”.

Estitxu fue una auténtica embajadora de Euskadi tanto en París como en América. En el año 1993 ofreció su último recital en Irun y poco después falleció, tras una larga enfermedad.

En el recuerdo La cantante Naia hizo sus pinitos con su famosa tía con tan solo trece años y durante algo más de una década tuvo la suerte de compartir escenario con Estitxu. Naia Robles reconoce que debe mucho a su tía. “Me enseñó a cantar y actuar en los escenarios”, recuerda. “Era muy alegre, llena de energía, con gran sentido del humor y al mismo tiempo al subir al escenario despertaba una increíble emoción”, explica Naia, que tan solo lamenta no haber podido grabar un disco con ella.

Amigos y allegados destacan su generosidad, ya que solía ofrecer recitales de forma desinteresada en muchos pueblos. Y en su honor preparan en la actualidad un concierto homenaje para la próxima primavera, cita que coincidirá con el 25º aniversario de la desaparición de Estitxu. En unos días presentarán un disco que recoge las mejores canciones de la familia Robles-Arangiz, desde el cuarteto Soroak hasta Aritzak, pasando por el duo Iker eta Estitxu.

A pesar del exilio y de las dificultades a las que tuvo que hacer frente la familia vizcaina afincada en Lapurdi, nunca perdieron la afición por la música, el teatro, la danza o el teatro. En el documental dirigido por Franck Dolosor, uno de los hermanos de Estitxu subraya que la canción, el humor, el País Vasco y el euskera siempre han sido los ejes fundamentales de su familia.

La periodista Mirentxu Purroy, compañera de trabajo de Estitxu y amiga durante años, considera que “la artista no ha muerto porque su legado está ahí”. El documental que se estrena el miércoles permitirá recuperar su memoria y conocer mejor la aportación de Estitxu, una pionera que en pleno franquismo no dudó en cantar en euskera aquí y en el mundo.